lunes, 28 de noviembre de 2011

Galictis vittata (o Falco peregrinus II)


Hace como dos años escribí una entrada que se llamaba Falco peregrinus. En esa entrada y en otra mencionaba estar listo para nuevas cosas, más desafíos. Me refería específicamente a mis estudios de posgrado. Deben saber ustedes que reunir ese coraje me tomó bastante tiempo y me costó mucho trabajo. 

En aquel entonces estaba super bloqueado, solía decir (y lo sigo diciendo) que tenía la cabeza metida en el culo. Cuando me armo de valor, me dije a mi mismo que había sacado mi cabeza de ahí por fin. Pero no me di cuenta (o no quise darme cuenta) que al sacar la cabeza de mi culo, esta quedó batida de mierda, por lo que mi visión no fue clara.

Por muy intenso que fuera mi avalentonamiento en aquel entonces, por muchas razones (principalmente por pendejo) no concreté mi esfuerzo y todo se quedó de nuevo en paleo- pre- ante- proyecto. O sea, castillos en el aire. Esa clase de cosas hacen que me cague en los calzones de puro coraje.

Estos últimos dos o tres años me he estado tragando un coraje que no me abandona desde la universidad: es la frustración de no poder diagnosticar enfermedades por falta de herramientas y sobre todo de conocimientos. Me toca los cojones de manera especial toparme con imagen, una fotomicrografía de un tejido lesionado y no poder diagnosticarlo, me frustra ser incapaz de interpretar la imagen. ¿Por qué? porque me encanta la patología veterinaria, es mi más grande pasión en la medicina veterinaria. Y como se podrán imaginar, no poder hacer lo que más me gusta se siente como un quemón a medios güevos a las 4 de la mañana. 

Hace poco más de un mes tuve una revelación que me hizo llorar de puritito coraje. Resulta que fui a la ciudad de México a recibir el diploma del diplomado en línea en citología diagnóstica veterinaria. Entre los asistentes al evento había una chica (que no me acuerdo como se llama y no viene al caso) que vi el año pasado en el Congreso Nacional de Patología Veterinaria, me acordé de ella porque presentó un caso de una manera que me llamó mucho la atención y me llenó al mismo tiempo de admiración y envidia. Ella expuso su caso con de manera clara, ordenada y concisa y con mucho dominio de su tema.
Y además de esto me llamó especialmente la atención la actitud de la chica: estaba totalmente quitada de la pena, parecía que estaba hablando de atarse las agujetas, como si fuera algo trivial, algo que lo sabe hasta el gato.

Al día siguiente de la entrega de diplomas, estaba en el reparto de utilidades y me puse a pensar:
"¿cómo es posible que ella exponga un tema ante el foro más importante de la patología en México con tanta tranquilidad? ¿Cómo logra esa calma? Hasta parece indiferencia. Yo en su lugar estaría cagado de miedo, temblando, tartamudeando. Eso sí, me sentiría la polla en bicicleta y bajaría del escenario con 40 kilos de orgullo encima, enton...."

Ahí valió madres mi tranquila meditación de inodoro, ahí fue cuando me cayó un megarrevergazo en plena jeta y me encabroné tanto que liberé un Willy a presión y hasta me levantó del asiento de porcelana.

En ese momento recordé mi cometido, largamente aplazado, de realizar mis estudios de posgrado y una razón muy importante por la cual no lo he hecho: ME DEJÉ ENDIOSAR POR MI TESIS DE LICENCIATURA. Mi trabajo me costó, aprendí un chingo de cosas, recibí un entrenamiento bueno, interesante, importante, pero no más

No había razón para tal cosa. A pesar del generoso entrenamiento y los diligentes y desinteresados esfuerzos de la Dra. Gabi González Macal, del Dr. César Maza y del Dr. Simón Nazará mi tesis tiene muchas mamadas y pendejadas y eso es entera y absolutamente mi culpa. Cada vez que la leo me encabrono porque no pude hacer lo que quise con ella, no quise atreverme a expandirla o simplificarla.

Y desde entonces estoy que me cago y me recago en la leche porque además me he permitido demasiada laxitud con esto de los estudios de posgrado, bajo la premisa de hacer las cosas a mi ritmo y de hacerlas motivado por el gusto de hacer las cosas, no por la presión de mi familia o de mis maestros. Sin embargo no puedo decir que estoy motivado por el gusto de hacer lo que me gusta, porque no lo estoy haciendo!! No puedo disfrutar lo que no estoy haciendo. 

Como a las dos semanas, mientras viajaba a Villahermosa, en el camino se nos cruzó un grisón (Galictis vittata) que llevaba en el hocico a un tlacuache muerto. El grisón cruzó la carretera de un potrero a otro. Ambas especies pueden ser portadoras de Mycobacterium bovis y su presencia en las explotaciones bovinas, dado que defecan en los pastizales, puede favorecer el mantenimiento de la tuberculosis en los hatos bovinos.  Y yo vi al grisón, es más, no era un grisón, eran 2! Y esos animales cazan a todas horas, no son de exclusivamente de actividad diurna o crepuscular, o sea que cagan a todas horas. Los vi, coño, los vi!!

Y así con esa emoción que expreso, así me siento ahora animado, motivado por este coraje que me está quemando, por esta rabia ante el indebido e inmerecido endiosamiento, por esta oportunidad de hacer con mi tesis, al menos en parte, lo que se me ocurra.

Y para terminar este post, en lugar de ponerle mamadas motivacionales como aquel Falco peregrinus, me expongo ante ustedes, me arriesgo a quedar como un verdadero pendejo hablador de mierda si la cago. Prefiero eso, me cae, a jamás intentarlo y quedarme toda la puta vida en la fantasía de lo que pude haber hecho. Cuando hice mi tesis casi me vuelvo loco y salgo de mi casa para errar toda la vida como vagabundo sin hogar, pero no me atemoriza el stress que eventualmente tendré que soportar: prefiero pegarme un tiro a media jeta en un arranque de desesperación porque no salen mis experimentos que colgarme de las bolas todos los días frustrado porque nunca lo intenté.

Y para infundirme valor, me la pasaré oyendo esta rola: 

3 comentarios:

Carolina Cruz dijo...

Esa situación emocional que describes me parece que puede explicar tu ausencia del blog....

Es que a veces somos tan así... no sé como llamarle a la forma en que nos sabemos metidos en la mierda y en vez de limpiarnos nos interesa más investigar en por qué rayos llegamos a eso.

Solo me queda desearte claridad mental para que hagas lo que sientas que debes hacer.... quítate el miedo y mucha suerte Ben :)

lavega dijo...

Maestro de la espada: Saludos y mis mejores deseos para tu vida, de aqui en adelante.

No dejes de escribir, aunque sea de vez en vez. Un abrazo fraternal y que nos venga mejor este anio venidero.

Salud!

Moka Hammeken dijo...

¡Échale ganas! No te dejes caer, tú inténtalo y que te haga feliz. No hay estres más sabroso y "disfrutante" que el de estar haciendo lo que uno quiere...

No necesitas suerte... Tal vez solo es asunto de acojonarse y ponerse un casco por todos los topes a la pared. Pero valdrá la pena
¡Saludos!

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