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domingo, 10 de noviembre de 2013

Correr de nuevo por MI ciudad

No puedo entender por qué, pero me sorprendo de ver los grandes árboles de mango, las palmeras y las primaveras que abundan en mi ciudad. Me lleno de emoción al ver que en algunas calles hay montones de cuajilotes mordisqueados por murciélagos, pues me hacen recordar los días en que mis amigos y yo los pateábamos, simulando jugar al fútbol o, como los salvajes que éramos y que aún somos, nos los lanzábamos.

Ha sido un día muy soleado, aunque con mucho viento, un viento fresco y húmedo, seguramente lloverá. Se dibuja en mi rostro una gran sonrisa mientras camino y veo a la gente de mi ciudad. Puedo sentir que a pesar de todo, la gente sigue siendo cálida y bondadosa. De ello sobran ejemplos: veo automovilistas que ceden el paso a los peatones aunque no les toque, un joven le ayuda desinteresadamente a una anciana a llevar la bolsa del mandado, una chica comparte su pollo con un perro hambriento.

Súbitamente, los relámpagos hacen su aparición, ya no hace calor, pero aunque se asoman revueltas y voluminosas nubes, Helios sigue siendo visible mientras caen las primeras gotas de una llovizna. Hoy pagan los transas, digo divertido. Respiro profundo y sacudo las piernas, este ambiente me provoca correr hacia mi casa. Estoy en el norte, en la parte elevada de la ciudad, voy a descender.

Comienzo con calma, acelero al 40% de mi capacidad, pero antes de llegar al borde de una banqueta elevada, acelero a fondo y salto. El aire me acaricia mientras siento que caigo muy lentamente, siento que floto, como si la aceleración de la gravedad fuera menor a 9.81m/s . Mis pies tocan el suelo y salto de nuevo, pues la banqueta vuelve a presentar un descenso.

¡Como ansiaba saltar de ese modo! La pendiente se hace menos pronuciada y acelero hacia una roca de casi un metro de alto, salto sobre ella y descubro feliz que aún soy capaz de saltarla. Vuelvo sobre mis pasos y me dirijo hacia la roca de nuevo, más rápido esta vez. Salto y al pisar sobre la piedra, vuelvo a saltar. Por momentos me da miedo estrellarme con un poste de luz, pero logro esquivarlo y continúo mi carrera hacia mi casa.

Ya llevo más de dos cuadras y no me siento agitado, tal vez sea porque he estado viviendo a mayor altura sobre el nivel del mar. Sonrío y me dan ganas de cantar Run Like Hell, pero me guardo de hacerlo, pues sé que si hablo o canto me cansaré más pronto, eso es sentido común. ¿Pero por qué pienso en esto? ¡A correr! 

Me da gusto volver a correr así, en esta ciudad. Me encanta poder pisar las calles que me vieron crecer, que vean cuán fuerte me he vuelto. Corro tan rápido que se distorsiona el rostro de la gente cuando paso a un lado de ellos. De nuevo me encuentro con otra depresión en el relieve de las banquetas, esta vez no salto, me dejo caer solamente. Me sorprende de nuevo lo lento que parece que caigo. Es verdad que cuando corro tan rápido, a menudo se altera mi percepción y todo parece ocurrir muy lentamente, pero esto ya me sabe exagerado.

De igual manera, en las siguientes depresiones me dejo caer y solo en una salto. ¡No es posible! Salte o no parece que caigo a la misma velocidad. Como me haría bien tener un cronómetro ahora. Ya comienzo a sentir un poco de agitación. Llevo ocho cuadras, pero lo normal es que me sienta agotado a estas alturas. Y que mis rodillas me mienten la madre, pero es todo lo contrario, ¡me siento increíble!

La carrera sigue y entonces, en la otra acera veo a un policía persiguiendo a tres niños negritos y comienzo a cantar: Es hora de animaniacs, estamos locos de atar... luego sacudo la cabeza, algo no anda bien. Por la calle rolan autos de los sesentas y desde su interior emana una música que no puedo identificar en un principio, pero pronto me doy cuenta que es música country ¿Quién diablos escucha música country en mi pueblo? Acelero, intentando alejarme de ese distractor y entonces me doy cuenta que era Bed of roses interpretada por los hermanos Statler, sigo corriendo mientras oscurece a mi alrededor y la música se escucha como en fade out...
















¡PUTA MADRE! ¡ESTABA SOÑANDO!

lunes, 14 de octubre de 2013

El Listo, cómics de humor, amor, sexo, cultura y otras cosas o más bien, cómics tontorrones para lectores inteligentes.

Hace varios años, si mal no recuerdo fue en el 2009, por azares del destino fui a dar a este sitio el de los cómics de "El Listo" y no tardé en colocarlo entre los sitios recomendados en la columna de la derecha de este su blog. Antes de explicarles por qué, le contaré de qué van los cómics de El Listo.

Xavier Águeda nos presenta a El Listo, un tío que se llama Evaristo, que entre otras cosas, es ingeniero en comunicaciones desempleado y eyaculador precoz. Sus amigos le dicen Listo porque usa anteojos y tiene pinta de nerd (empollón, dicen en España), pero en especial, porque tiene un poco más de cultura que el promedio de sus compatriotas.

El Listo aparece en ocasiones solo, reflexionando sobre su vida, sus problemas laborales (cuando tiene trabajo, suele ser un curro muy cutre.), reflexiones que con frecuencia tienen conclusiones muy chuscas, en otras ocasiones uno se queda contrariado primero y luego se ríe de sí mismo. El Listo también habla con sus amigos, generalmente El Gordo, sobre sus problemas amorosos (que son muchos). La verdad es que yo no sé como le hace ese canijo, pero si le sirve de consuelo, en cuatro o cinco años, ha tenido más novias o ligues de los que el grueso de la población masculina podría soñar.


Con relativa frecuencia, otros artistas del webcómic colaboran con él, con excelentes e hilarantes resultados como estos:

La crítica social y política es un tema recurrente en los cómics del Listo y suelen ser tan hilarantes como agudos. Y sus dibujos... he escuchado varias críticas negativas, pero en lo personal me recuerdan mucho a las tiras de Cuttlas que digan lo que digan, son la monda.



El personaje de los anteojos de montura gruesa, el hipster ese, me recuerda mucho a las historias de Los intelectuales chafita, del maestro Kabeza (Chin, se supone que esto es una reseña del Listo y ya mencioné los trabajos de otros dos maestros del cómic, creo que el maestro Águeda me lo sabrá disculpar).

Las tiras del Listo son muy variadas y han sobrevivido a muchos webcómics, de modo que la constancia del maestro Águeda y su talento han sido recompensados con apariciones en La Directa y el blog de opinión gastronómica Tinta de Calamar. Dichas apariciones, reitero, no son gratuitas. Dicen que Abyssus abyssum invocat, por eso El Listo aparece junto a las creaciones de otros artistas como Javirroyo, Javi Cejas, Javier Vázquez en el club de los Javieres Peter Jojaino, Can Kente y más en El Estafador (la verdad es que me parto de risa con esa publicación, aunque también me pone a pensar cuánto se parece la situación económica, política y social de México a la de España)

Las historias del Listo valen mucho la pena y es interesante analizar a sus personajes, lo cual me lleva a plantearme varias preguntas, que aprovecho para hacerlas aquí:

1. ¿Cómo se llama el Cachas?
2. Si las cosas que le pasan al Listo están basadas en lo que le ocurrió a un amigo del maestro Águeda, entonces, ¿quién de los amigos del Listo representa al maestro Águeda? Sospecho que es el Gordo.
3. ¿De qué vive el Listo si está en paro desde hace 5años?
4. ¿De qué vive Borja? ¿Ha pisado la cárcel este personaje?

Ya basta de preguntas, creo que no es de todo necesario hacer una biografía completa de cada personaje, pero da bastante curiosidad.

No me crean a mi, vayan y vean las tiras de El Listo, véanlas de principio a fin y van a flipar.
Pueden seguir al maestro Águeda en twitter @listocomics

El Listo pinta para perdurar y aparecer en más publicaciones, no debería ser sorpresa si en un futuro no muy lejano aparecen librillos de tiras del Listo, como los que hay de Mafalda. Y si eso ocurre, ojalá no solo aparezcan en Cataluña, sino en todo el mundo. Saludos, Xavier Águeda, desde el otro lao del charco.

lunes, 29 de abril de 2013

Siguiente fragmento de "La calma antes de la tormenta"

Amigos lectores, les dejo otra porción de este capítulo de "Detrás de las ceibas" esperando que lo disfruten y esperen la siguiente parte. Dejo un saludo especial a don Rigoberto Vargas y a Zedetnik.

Un ruido repentino los puso alerta. Bernardo salió del agua y se dirigió a la rama donde había colgado su mochila, sacó su pantalón y de uno de los bolsillos extrajo el cascabel que Gen An Ni le había dado. Estaba tintineando insistentemente. Bernardo miró a sus amigos, que habían salido del agua y estaban detrás de él. Se miraron unos a otros, sin saber qué decir ni qué hacer.
  • Nos están llamando- dijo Roberto.
  • Ya se están armando los chingadazos otra vez.- dijo Gerardo.
  • No oigo tambores, como aquella vez.- dijo Homero
  • Yo tampoco- corroboró Luis.
  • ¿Vamos?- la voz de Gerardo tenía un tono extraño, mezcla de incertidumbre y curiosidad.
  • Y si vamos, ¿qué tal que se mueve otra vez el portal?- preguntó Luis.
  • Buscamos el tubo.- dijo Roberto mientras exprimía su ropa interior.
  • ¿En dónde?- replicó Homero.- ¿Por toda la pinche selva, como la otra vez?
  • Si acaso se mueve, al menos los Mek ii chan nos pueden ayudar a buscarla.- apuntó Bernardo.- No tenemos nada qué temer.- Luis y Homero lo miraron con desconfianza, Bernardo podía adivinar que preguntarían “¿seguro?”.- ¡Seguro que sí!- exclamó efusivamente- ¡Venga! Los Mek ii chan son buena onda.

Homero y Luis se encogieron de hombros y los demás no se opusieron a acompañar a Bernardo con los Mek ii chan. Se vistieron y se dirigieron hacia la fortaleza, entre los altos y frondosos árboles podían distinguir la punta de la pirámide. Iban con cuidado, temiendo activar trampas, pero notaron que del lado oriental de la fortaleza, no había ninguna.

En el camino, a pocos metros de una atalaya, Bernardo se detuvo y dijo:

  • Quiero decirles una cosa.- Se aseguró de tener la atención de los demás y prosiguió en un tono muy serio- Recuerden lo que dice el dicho: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia”.- Homero miró a Gerardo con un gesto de extrañamiento, que también se había dibujado en los rostros de Gerardo y Roberto, este último se pasó el dedo por la sien y Gerardo susurró:
  • Se le botó la canica, ya.- Bernardo ya se había dado la vuelta y sus amigos reían por lo bajo. Casi de inmediato fueron reconocidos por el vigía, que gritó emocionado desde lo alto:
  • ¡Salve, Brenaro! ¡Salve amigos! ¡Puerta abran!- Una parte de las murallas se hundió en el suelo, como había ocurrido anteriormente. Otros soldados esperaban sonrientes mientras Bernardo y sus amigos entraban a la fortaleza. Una vez dentro se escucharon silbidos y vítores, varios soldados se acercaron a los muchachos les tomaban las manos o les daban palmadas en la espalda.
  • ¡Salve, José!- se escuchaba por un lado.- ¡Salve, Luis!- se escuchaba por otro. Gren Maj Nu no tardó en llegar a la escena, un carro tirado por merecos llegó pocos segundos después.
  • ¡Salve amigos!- el rostro de Gren Maj Nu mostraba una gran sonrisa, un gesto muy distinto al que había mostrado el día anterior. - Pronto llegan. Suban- ordenó el guerrero señalando el carro. - Gran fiesta para ustedes hay.
Los muchachos se miraron sonrientes y sorprendidos, habían pensado que se trataba de una llamada para defender la fortaleza de otro ataque, como el del día anterior. En cambio, el júbilo reinaba en la fortaleza, algo impensable para un pueblo que estaba bajo en constante asedio de dos poderosos y crueles enemigos.
El carro que llevaba a los muchachos salió por el lado sur de la fortaleza, allí la jungla era sumamente espesa, sin embargo había un camino escondido entre las lianas y las hojas. Pronto llegaron a una población protegida por una muralla de un espesor aproximado de dos metros y medio y de una altura de casi tres metros. La calle principal del poblado era amplia, sin aceras. Todas las casas tenían el mismo tamaño, eran de dos plantas, de fachadas sencillas, sin adornos, excepto por algunas macetas con plantas en algunas casas. En otras casas, por un lado de las puertas, tenían jaulas con aves y otros animales, que los chicos no alcanzaron a ver bien debido a la velocidad con la que se desplazaba el carro.

Hacia lo que parecía el centro del poblado, había una construcción de piedra, una pirámide trunca, enmarcada por jardineras. Gen An Ni los esperaba alli, junto con varias personas más que afanosamente iban de un lado a otro, colocando mesas, llevando platos. Luis vio dos grandes tambores y a otras personas que portaban flautas de diferente tamaño.
Del lado contrario, Gerardo vio a hombres que portaban instrumentos semejantes a guitarras. Todos miraron a una hoguera en la que se estaban asando las canales de animales del tamaño de una oveja.

El inesperado recibimiento fue sobrecogedor. La gente los miraba y sonreía, a pesar de que nunca los habían visto, parecían saber quienes eran y podían sentir gratitud de parte de esas personas. Una campana sonó en alguna parte del poblado y la gente empezó a salir de sus casas y se dirigió hacia el lugar a donde condujeron a los muchachos. Entre la multitud que los miraba emocionados, Ájax se abría paso y frotó su cabeza en el vientre Bernardo una vez que descendió del carro.

  • ¡Hola Áyax!- dijo Bernardo riendo mientras acariciaba las orejas de su amigo cuadrúpedo.
  • ¡Salve!- dijo Gen An Ni al acercarse.- Pronto llegan. Que tardaran esperaba.
  • Ya estábamos aquí- dijo Homero.
  • Gen An Ni, en poza nadamos- informó Bernardo.
  • ¿En oriente de fortaleza estaban?- Gen An Ni sonrió. - Vengan

El líder de los Mek ii chan subió la escalinata de la pirámide trunca junto con los muchachos y elevó su bastón de mando, un silencio sepulcral se apoderó de la escena. Todos cesaron su actividad y miraron hacia la pirámide atentamente. Gen An Ni presentó uno por uno a los invitados, narrando brevemente su actuación en el combate del día anterior. Casi todos conocían a grandes rasgos la historia, incluyendo la hazaña del muchacho que logró montar a un mereco, orgullosa especie que no se deja montar.

La gente los miraba atónitos, pues aun les costaba creer que un puñado de niños hubiera causado tanto daño a sus enemigos. Un grupo de soldados llegó al lugar silbando y gritando los nombres de los muchachos. Entre ellos iba Gren Maj Nu. La incredulidad y la euforia se mezclaron y pronto la música comenzó a sonar. Gen An Ni condujo a los muchachos a una de las mesas y se sentó con ellos, Gren Maj Nu los acompañó un par de minutos después y Áyax se echó detrás de Bernardo.
Los muchachos estaban sentados sobre unos troncos de un árbol muy bien tallados, eran realmente cómodos. A su alrededor la gente continuaba con sus tareas y pronto sirvieron alimentos y bebidas. El olor en el ambiente causó que los muchachos comenzaran a salivar. A pesar de que habían comido fruta en abundancia, el delicioso aroma de la comida les abrió el apetito de inmediato.
La comida no tardó en llegar, en platos de madera les sirvieron grandes porciones de la carne de los animales que vieron asándose, junto con un elote y un hongo grande. En otro plato les dieron una mezcla de hojas cocidas, que parecían acelgas y también algo semejante a los espárragos. Finalmente les sirvieron una bebida hecha con varias frutas y colocaron un plato con varias rebanadas redondas de algo que no identificaron en un principio.

  • Hongo es.- señaló Gen An Ni. - Con él, comida acompañamos.
  • Vean- dijo Gren Maj Nu mientras tomaba una rebanada del hongo. La usó a manera de una tortilla, colocándole comida dentro.
  • ¡Ah!- dijeron todos.- Ya entendí.
  • Muchas gracias, Gen An Ni.- dijo Bernardo y comenzaron a comer. Otros soldados y sus mujeres se sentaron cerca.- Gen An Ni,¿por qué Meldonam a lugar llaman? ¿Mek ii chan, qué significa?
  • Hacia norte poniente mira.- señaló el sacerdote.- Gran muralla de piedra hay. Tras ella que hay no conocemos. Primeros Mek ii chan, Meldonam llamaron. Mundo hundido significa. Así llamaron, pues tierra que pisaron hundida estaba.
  • ¿Por qué están en guerra?- inquirió Homero. Los soldados y sus mujeres rieron.
  • ¡De revés habla!- dijo uno de ellos.

Gen An Ni miró a Gren Maj Nu y comenzó a narrarles la historia del origen de los Mek ii chan.

Los hombres y mujeres que llegaron al mundo hundido tenían un lenguaje sagrado, que usaban para comunicarse con sus dioses. Ellos les dijeron que su mundo original iba a morir y que debían dejar sus ciudades y refugiarse en la selva. Tuma Coy, un guerrero, atraído por un árbol hueco, lo atravesó y llegó a un mundo nuevo. Llamó a la gente de su pueblo, aun en éxodo. Los sacerdotes mayores lo insultaron y lo apredrearon, pues creyeron que estaba blasfemando contra los dioses. Sin embargo, muchos creyeron en él, incluyendo sacerdotes menores, y abandonaron a su pueblo para irse con él.

Miles atravesaron el hueco del gran árbol y entre todos construyeron una pirámide, mucho mayor a las que habían construído grandes señores en épocas pasadas. Esperaban con ello comunicarse con sus dioses otra vez. Pero pronto vieron que otras estrellas los miraban desde el cielo, los días eran más cortos y dos lunas gobernaban las noches. Sus dioses ya no los escucharon más. Quisieron volver, pero jamás encontraron de nuevo el hueco del gran árbol.

Con el tiempo, aprendieron a vivir bajo las estrellas que los miraban desde lo alto y el nuevo sol. Se dieron cuenta que en ese nuevo mundo eran felices, entendieron que todos los hombres y mujeres valían lo mismo, así fueran guerreros o sacerdotes. Por eso se llamaron a sí mismos Mek ii chan, que en el antiguo lenguaje significa “los que son iguales”.

Cultivaron la tierra y el maíz creció, pero hallaron nuevos frutos y grandes hongos. Grandes bestias habitaban en el mundo hundido y pronto aprendieron los hombres a convivir con algunos y criar a otros, que les sirvieron para ir de un lado a otro o como alimento.

Muchas generaciones más tarde, aparecieron hombres de pecho brillante y rostros velludos. Hablaban un lenguaje extraño, pero de hermoso sonido. Aunque eran guerreros, en Meldonam hallaron la paz. La forma de vivir de los Mek ii chan les agradó y vivieron entre ellos. Los Mek ii chan adoptaron el melodioso lenguaje de los hombres de pecho brillante y dejaron su antiguo lenguaje, su idioma sagrado, solo para nombrar a las personas, a los animales, a las plantas y a los lugares.

Del mar llegó una raza de hombres, grandes guerreros. Los Mek ii chan los llamaron Erio il' kan: “hombres del mar”. Hubo un gran combate entre ellos y los Mek ii chan fueron derrotados, mas no conquistados. Ambos pueblos se hicieron aliados pues compartían el respeto por la vida, la voluntad de cada persona, así como la igualdad entre los hombres y mujeres de todas las razas.

Los Erio il' kan heredaron el lenguaje y los productos de la tierra de los Mek ii chan. A cambio, los guerreros les enseñaron a usar sus armas y a vivir del mar. Ambos pueblos acordaron intercambiar sus territorios cada veinte generaciones.

Cuando los Mek ii chan regresaron a sus tierras, los Erio il' kan se habían abierto paso entre la espesa jungla al noreste del río Melomba. Hallaron las ruinas de una ciudad maldita, con templos dedicados a oscuros dioses, cuyos ritos eran letales. Llenos de horror, los Erio il' kan amurallaron las ruinas y advirtieron a los Mek ii chan que nunca se aventuraran en esa zona.
A los pocos años, aparecieron unos hombres de hosco lenguaje en la región noroccidental, los Mek ii chan los llamaron Kodo il' kan, que significa “los perdidos”. Los Kodo il' kan los agredían constantemente, pero eran repelidos con relativa facilidad. Eran una molestia menor y los Mek ii chan toleraban su presencia en la región noroccidental de su territorio, más alla del río Melomba. Sin embargo, un día destruyeron la muralla que los separaba de la antigua ciudad en ruinas, en donde los Mek ii chan no se atrevían a entrar.

Como consecuencia de la destrucción de las murallas, un grupo de feroces guerreros hizo su aparición en Meldonam. Los Mek ii chan los llamaron Malek il' kan, que significa “los hechizados”, pues luchaban como si se hallaran bajo el influjo de un maligno hechizo. Sin piedad, ese nuevo grupo lanzó una ofensiva por sorpresa sobre los antiguos dueños de Meldonam, que derivo en una cruenta batalla. Tras sufrir numerosas bajas, los Mek ii chan pudieron rechazar a los invasores.

La alianza entre los Kodo il' kan y los Malek il' kan causó que en poco tiempo los Mek ii chan pasaran de luchar por mantener su territorio, a luchar por defender sus vidas. Trabajaron día y noche para fortificarse y así proteger el poblado y las plantaciones del sur. Al oeste de su fortaleza, los Kodo il' kan se hicieron con el control de la mina de hierro. Con ello, el balance de la lucha se inclinó a favor de los enemigos de los Mek ii chan.

Muchas generaciones han pasado desde que se inció la guerra y la población que originalmente ocupaba todo Meldonam resultó seriamente diezmada. Horrendas criaturas asolan las praderas y las junglas de Meldonam, los Mek ii chan temen salir de su poblado, de sus plantaciones por temor a ser devorados por horrendos monstruos o terminar capturados por los Malek il' kan.

La narración de Gen An Ni cautivó la atención de sus invitados, llenándolos de asombro. La parte más complicada de la batalla del día anterior fue matar a las bestias que los Malek il' kan llevaron a la batalla y pensar que había más de ellos les causó escalofrío.

viernes, 19 de abril de 2013

Detrás de las ceibas... qué, otro capitulito?

Saludos, amables amigos de la República Bloggeriana (léase con voz del Dr. Alfonso Morales). Últimamente no ha sido fácil para mi continuar con Detrás de las ceibas. Perdí algunos capítulos que llevaba avanzados y tendré que escribirlos de nuevo, lo cual sigue siendo descorazonador. Para ser sinceros, en un par de ocasiones me he sentado frente a la compu para reescribir los capítulos perdidos y me siento apesadumbrado, me siento como si tuviera que revivir a un muerto.

Cada vez encuentro más problemas para darle orden a este churro, pero poco a poco esos vacíos se van llenando. No debería compartirles este capítulo, primero porque deberían leer uno anterior, pero ese capítulo anterior es de los varios que perdí, en segundo lugar porque es crucial para explicar muchas cosas dentro de la historia y finalmente porque no lo he terminado, así que solo les dejaré una parte para que se piquen jejeje.

Este capítulo se llama: Calma antes de la tormenta.

El mes de septiembre acababa de nacer y con él, al parecer, las intensas lluvias del mes de agosto cesaban. En el cielo se asomaban algunas nubes, pero ninguna señal de lluvias torrenciales. El tiempo estaba calmo, el aire cargaba poca humedad y el sol brillaba en todo lo alto. Ese día, Bernardo despertó muy temprano, ansioso por volver a Meldonam.

Durante las primeras horas de la mañana, el inquieto muchacho estuvo atento al cascabel que Gen An Ni le había dado. Recordaba la sensación de llevar en sus manos las armas de los Mek ii chan, jugaba lanzando golpes al aire, imaginando que abatía a los Malek il' kan. Se moría de ganas por volver a Meldonam y observar a los extraños animales que habitaban ese mundo. Sin embargo, sus amigos pensaban diferente, querían volver a Meldonam para jugar. Pese a que ese lugar era terriblemente peligroso, su belleza era exquisita, era un paraíso. Lo mejor de todo, es que podían estar mucho tiempo allá y en La Tierra solo habrían pasado un par de horas. Justo cuando pensaba en eso, sus amigos estaban a la puerta.

  • Abre loco.- dijo Homero. Bernardo recibió a sus amigos.
  • Vamos, güey.- propuso Luis.
  • ¿A dónde?- inquirió Bernardo.
  • Allá, no te hagas. Vente, vamos.
  • ¿Pero a qué?- se resistió Bernardo.
  • A nadar al río, a comer frutas raras. Vamos, no seas mampo.- insistió Homero.
  • Déjenme ir por una muda de ropa.
  • ¡Así vente!- dijo Homero- Nadamos en calzones.
  • ¡No!- dijo Bernardo con firmeza.- Vengan, les voy a decir por qué.- Los demás entraron y siguieron a Bernardo hasta su habitación y mientras sacaba unas prendas viejas les dijo:- Creo que va a ser importante que llevemos ropa para cambiarnos. La otra vez que fuimos, llegué todo enlodado a la casa y tuve que lavar mi ropa a mano. La siguiente vez, a Luis le arrancaron medio bolsillo del pantalón.
  • A Homero se le mojó el uniforme y se le llenó de lodo. Luis le tuvo que prestar un uniforme.- recordó Gerardo.
  • ¡Se veía bien cagado!- exclamó Roberto entre risas.
  • Por eso les digo, vale la pena tener algo de ropa allá.
  • Por lo que dices- dijo Roberto.- ¿Quiere decir que piensas ir muchas veces?
  • Por supuesto.- respondió Bernardo con orgullo.- Recuerden que tengo el cascabel que me dio Gen An Ni para ir cuando nos llamen.
  • ¿Y qué tal que te llaman a medio examen?- inquirió Roberto.
  • O cagando- dijo Gerardo.- tras la risa de todos, José soltó su expresión característica:
  • ¡Sí, güey! ¿Que tal que suena a las 2 de la mañana?
  • A esa hora es común que esté despierto.- dijo Bernardo con seriedad.
  • Pero nosotros no.- dijo Luis.- Ponle que yo esté despierto, ¿me vas a hablar por teléfono a mi casa a esa hora?
  • Tiene razón el sombras, loco.- intervino Gerardo.
  • Vámonos. En el camino lo pensaré.- bufó Bernardo una vez que terminó de guardar su ropa en una mochila.

En el camino, los muchachos iban hablando sobre video juegos, deportes y asuntos de la escuela. El único que no hablaba era Bernardo, contrario a su costumbre. Él estaba estudiando qué argumentos usar para convencer a sus amigos de adoptar la lucha de los Mek ii chan. De pronto se distrajo y pensó en Irina, se imaginó que iba de campo con ella y con Pamela, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja cuando imaginó a Irina saliendo del río en traje de baño. Luego volvió a pensar en los peligros que habían pasado él y sus amigos en ese extraño mundo. Pensó que ir de día de campo a Meldonam era inmesamente riesgoso, pues no sabian en qué parte de aquel extraño mundo los conduciría el portal, era imposible saber si llegarían a territorio de los Malek il' kan o si encontrarían a un animal peligroso. Al menos, en esa ocasión, sabían que el portal los llevaría a una zona controlada por sus aliados.

Cuando llegaron a la ceiba de la que habían salido el día anterior, notaron que el tubo de pvc que habían atravesado en el portal seguía allí. Miraron cuidadosamente a su alrededor, cerciorándose de que nadie los viera entrar. Entraron uno a uno. Del otro lado del portal los esperaba un ambiente húmedo y fresco, el día estaba por nacer. Poco a poco se acostumbraron a la escasa luz y se dirigieron a una rama del río hacia el sureste de la fortaleza de los Mek ii chan, en la cual había una poza, de aproximadamente quince metros de diámetro, lo suficiente para que los seis pudieran nadar a gusto. En el camino, Homero los detuvo en seco y llevo un dedo a sus labios indicándoles que no hicieran ruido.
  • Es el animal de la otra vez- dijo en un susurro. En efecto, el Eremotherium les daba la espalda y no sabían si estaba dormido o buscando algo en la tierra.
  • Vamos despacito- dijo Luis.

Los muchachos avanzaron muy lentamente tratando de no hacer ruido, mirando hacia la enorme bestia, vigilando que no se moviera. Pronto empezó a clarear y delgadas columnas de luz se abrían paso entre las hojas de los árboles, mientras los graznidos de las aves estallaban en el aire. Mariposas de brillantes colores cruzaban ante sus ojos. Insectos con aspecto de hoja lanceolada caminaban con parsimonia entre las hojas muertas del suelo.
En los árboles vieron a un grupo de monos de pelaje amarillento, eran pequeños, no mayores a quince centímetros de altura. Algunos de ellos, aparentemente machos adultos, eran un poco más altos y tenían una espesa mata de pelo café alrededor del cuello. Los monos dejaron de acicalarse y de comer frutas al notar la presencia de los muchachos. Ambos grupos se observaron con curiosidad. Bernardo sonreía. Un ejemplar joven saltó sobre la rama en la que estaba parado y se dirigió a la punta de la misma, colocándose más cerca de los muchachos. Bernardo se acercó sonriendo, lentamente y una vez al alcance del mono, este le tocó la nariz y retrocedió de inmediato. Bernardo acercó su mano al mono, pero este la rechazó y le dio un fuerte pellizco en la nariz. Sus amigos comezaron a reír y los monos se alejaron asustados, trepando a las partes más altas de los árboles.

Caminaron unos metros más mientras Bernardo se dolía de la nariz y trataba de recobrar la calma. Estando a pocos metros de la poza, vieron a un animal que bebía de la rama del río. Este se percató de la presencia de los muchachos y los miró fijamente, se acercó un poco a ellos.

  • ¿Será un coyote?- inquirió Roberto.
  • No. Es un Canis dire.- dijo Bernardo en un susurro.
  • ¿Qué es eso?- preguntó Luis, de igual manera.
  • Era una especie de lobo, más grande que el lobo actual.
  • ¿Qué hacemos?- dijo Roberto.
  • Quédense quietos. No lo miren.- dijeron Homero y Bernardo a la vez.- al cabo de un minuto, el lobo desapareció.
  • ¡Lo bueno es que iba solo!- dijo José.

Al llegar a la poza, los muchachos empezaron a quitarse la ropa, pero una duda asaltó a José.
  • ¿Qué tienes, mostro?- preguntó Roberto.
  • ¡Eh! ¿Sigues?- replicó molesto porque lo llamaron por su mote.
  • No te enojes, es de cariño.- respondió Roberto con una sonrisa sincera en su rostro.
  • Es que, tal vez hay alguna alimaña en el agua.
  • ¿Como qué?- inquirió Homero.- Algún pez prehistórico.
  • O una culebra de agua- apuntó Gerardo.
  • Metamos un palo, a ver qué sale.- sugirió Luis.
  • No hace falta.- dijo Bernardo. - Miren, el agua está clara. No más se ven unos peces pequeños. No creo que nos hagan daño.

Una vez que cada uno de ellos colgó sus ropas en la rama de algún árbol, todos se tiraron a la poza sin preocupaciones y lanzaron alegres expresiones acerca de la frescura del agua. Nadaron y se lanzaron agua, jugaron a intentar hundirse mutuamente, José rehuyó ese juego, pero pese a sus protestas, los demás lograron hundirlo. No le quedó más remedio al corpulento muchacho que desquitarse y en eso, se olvidó de su renuencia inicial y se sumó a la alegría de los demás.

A unos metros de la poza se podía ver un árbol con grandes racimos de una fruta roja, aplanada y ancha. Roberto se acercó a probarla, hizo un gesto de desagrado cuando la mordió.

  • ¿A qué sabe, muerto?- preguntó Luis desde la poza. Roberto dejó de masticar y escupió lo que había mordido, corrió a la poza y gritó:
  • ¡Es un chile!- Roberto se llenó la boca de agua mientras su rostro se enrojecía, sus ojos se llenaban de lágrimas y sus amigos reían.
  • ¿Pica mucho?- preguntó Gerardo.
  • Pica un chingo- respondió Roberto, que empezaba a desesperarse, pues el picor era muy intenso y no amainaba.
  • Ráscate la lengua, Roberto.- sugirió Homero.
  • No seas mamón.- mugió el muchacho, que sentía como su corazón latía cada vez más rápido y sus venas se hinchaban.
  • ¡Es neta! Ráscate la lengua y vas a ver como se te baja el picor. - Luis salió del agua mientras los demás veían como Roberto se rascaba la lengua. A un lado del árbol del que Roberto tomó la picosa fruta, había otro árbol, también cargado de frutas amarillas y redondas. La piel de la fruta se sentía igual que la de una manzana. Cortó varias y las llevó a sus amigos.
  • Ten, muerto. - dijo Luis mientras se llevaba una de esas frutas a la boca. El sabor era dulce, como el de una nectarina. - Sabe chingón.
  • A ver- Roberto probó la fruta y su dulce sabor inundó su boca, aliviándole su prolongado sufrimiento.- ¡Gracias!- .

Bernardo y José cortaron más de aquella fruta y llevaron varias decenas cada uno para sus amigos. Lavaron las frutas en el agua y se recostaron en una orilla de la poza, en la que había una especie de plataforma de piedra, se sentaron en ella y el agua les llegaba hasta el pecho. Acomodados, sentados o medio recostados, todos comieron felizmente la fruta que tenían, el hueso que les quedaba se lo lanzaron entre ellos. Pronto, el ambiente se llenó de risas, leves quejas de dolor e improperios. Gerardo y Homero fueron a colectar más frutas, esta vez, llevaron un fruto verde, con la forma de un mango, pero cuya pulpa era como la de una ciruela, tenía muy buen sabor.

  • Mostro- dijo Gerardo. El muchacho no se quejó.- De esto estabas comiendo aquella vez, ¿verdad?
  • ¿Cuándo?- preguntó José.
  • Ayer, güey. ¿Qué no te acuerdas? Te metiste y nosotros te seguimos.
  • ¡Ah, ya! Sí, me la dio un animalito.
  • Y luego se la aventaste al loco.- dijo Homero.
  • ¿Cómo le fuiste a dar en la mera nariz?- apuntó Roberto.
  • ¡Se emputó el loco!- dijo Luis riendo.- ¿Por qué te encabrona que te toquen la nariz, pues?
  • No me enojé por el golpe en la nariz.
  • ¡No!- ironizaron todos. Bernardo se sonrojó.
  • En serio- dijo sonriendo.- Miren, lo que me importaba en ese momento era sacar a José de aquí y regresar. Después de la primera vez, no quería volver. Casi nos matan.
  • Pero- dijo Homero- No me digas que no te entró curiosidad de volver a entrar.
  • Y ahora hasta quieres venir a pelear con los...- dijo Luis- ¿Cómo se llaman?
  • Mek ii chan- respondió Gerardo.- Sí, loco. No seas mamón, primero no querías que entrara nadie y ahora, no solo quieres pelear con esos güeyes, sino que también quieres que nosotros peleemos.
  • Simón, loco- dijo Luis.- A ver, ¿por qué a huevo quieres pelear?
  • Es complicado.- respondió Bernardo.- Miren, la primera vez me dio mucho miedo. Me desesperé cuando no hallábamos la salida de regreso. Luego huímos de esos malditos. Yo no sé cómo le hicimos, pero logramos hacerles daño y salimos por pura suerte.
  • Por la lluvia, también.- opinó Roberto.- Como estaba lloviendo bien recio, no nos podían ver. Por lo tanto no pudieron seguir disparando.
  • Pero desde el principio tuvimos suerte. Uno de los venablos pegó en la playera de Luis. No sé si eran disparos de advertencia, pero bien pudo pegarle a cualquiera de nosotros.
  • Sí fueron de advertendia, loco.- afirmó Luis- Después fue que tiraron a matar.
  • Pero antes de eso, nos encontraron. Nos rodearon.- dijo Gerardo.- Y fue que le pegaron a Roberto.
  • ¡Esos hijos de la chingada!- gruñó Roberto.- Igual nos pudieron matar en ese momento.
  • Sin embargo no lo hicieron.- dijo Bernardo.- Nos pudieron haber despellejado vivos, pero en vez de llevaron a una celda o rebanarnos el cuello, esos hijos de puta estaban jugando con nosotros. ¡Ahí fue que me llené de coraje!
  • ¿Y ya por eso les quieres partir su madre?- cuestionó Homero; Roberto y Gerardo rieron por lo bajo.
  • No, no es eso. Dejen que les siga explicando.
  • A ver con qué mamada sales- dijo Luis.
  • ¡No estés chingando!- protestó Bernardo. - Miren. Después de todo me puse a pensar, lo que más miedo me dio, fue quedarme aquí para siempre.
  • ¿Por qué?- preguntó Roberto.- ¿A poco no te dio miedo el animalote que nos estuvo persiguiendo?
  • ¡Claro! Pero como fuera nos lo quitamos de encima. Luego aparecieron las trampas.
  • ¡Esos hijos de su puta madre! Los Mek ii chan, esos cabrones las pusieron- interrumpió Homero.
  • Sí, pero ten en cuenta que no las pusieron exclusivamente para jodernos.
  • Casi quedamos ahí, pinche loco.- se quejó Gerardo.
  • ¡Si, güey!- intervino José.- ¡Y cómo saltamos las estacas!
  • ¡Eso!- exclamó Bernardo animado- ¡Exactamente, mostro!- Bernardo miró a sus amigos con los ojos echos una rendija, inquisitivo.- ¿Me van a decir que ustedes pueden saltar dos metros así no más?
  • ¡No fueron dos metros, loco!- protestó Luis.- ¿Y eso qué?
  • Piénsalo. Aquí hay algo. No sé qué es, pero creo que aquí somos más fuertes que en La Tierra.
  • ¿Estás seguro?- el tono de Roberto parecía más desafiante que inquisitivo.- ¡Fue por el miedo!
  • ¡Sí! ¡Se te sube la adrenalina!- suscribió Gerardo.
  • Te lo voy a demostrar.- dijo Bernardo mientras salía de la poza.
Bernardo sacudió las piernas y las flexionó un par de veces. Miró a sus amigos y saltó con toda su fuerza. Su cuerpo se elevó a dos metros con diez centímetros por encima del suelo. Los demás estaban boquiabiertos, Bernardo sonrió al ver la incredulidad en el rostro de sus amigos. Al caer al suelo, se impulsó de nuevo y mientras se elevaba y volvía a caer, lanzó varios golpes y patadas al aire.

  • En La Tierra, solo puedo lanzar tres golpes en el aire mientras salto. Excepcionalmente tres golpes y una patada, pero nunca dos patadas.- dijo Bernardo al volver al agua, sus amigos seguían sorprendidos.- Se estarán preguntando ¿Qué tiene que ver esto?- Los demás se miraron unos a otros y Roberto respondió.
  • Sí, loco. Tienes razón.-
  • Les voy a decir, ya bien, por qué quiero pelear junto a los Mek ii chan. Ayer se dieron cuenta que me cabreé cuando llegaron los Kodo il' kan, ¿cierto?
  • Sí, te pusiste bien loco.- apuntó Gerardo.
  • Eso es porque me indigna la cobardía de esos cabrones.
  • Por los niños, dices. ¿No, Berna?- dijo Roberto.
  • Exactamente a eso me refiero. No me digan que a ustedes no les dio coraje.
  • La mera verdad, sí.- reconocío Luis.- Pero en La Tierra también chingan a los chamaquitos y no por eso estás rompiendo madre allá.
  • También son esclavistas- apuntó Gerardo.- En La Tierra, todavía hay esclavistas en algunas partes y tampoco les estás partiendo su madre.
  • Pero es diferente, entiéndame.- El rostro de Bernardo revelaba ansiedad.- Allá hay armas de fuego. Allá no somos tan fuertes. Allá no podemos andar por todo el mundo porque no tenemos ni los recursos, ni el tiempo para hacerlo. Allá, hay mucha gente que merece al menos una patada en los cojones.
  • Como el ruco de matemáticas.- apuntó Luis.
  • Exactamente, pero ¿qué puede pasar si hago eso?
  • Te puede contestar el putazo- dijo Roberto- O te pueden expulsar, en tu casa te van a trabar.
  • En cambio, aquí no pasa nada. - dijo Homero sonriendo.
  • ¿Ven? Ya me están entendiendo. Allá ¿qué somos? Yo, por ejemplo. En la escuela, digamos. En historia puedo sacar diez, sin problemas, pero es una clase que me paso por el forro de los cojones. En cambio, aquí podemos marcar una diferencia. Podemos cambiar el balance de este mundo.
  • ¡No inventes!- se quejó Luis.
  • ¡Es en serio, animal!- gruñó Bernardo.
  • Allá es cuestión de que le eches más ganas a la escuela y dejes de ser tan huevón.- dijo José.
  • ¡Ay! ¡El estudioso!- dijo Homero- ¡El que sale en cuadro de honor!
  • ¡Ya, pues talegas!- protestó José- Estoy hablando en serio yo también.

Un ruido repentino los puso alerta. Bernardo salió del agua y se dirigió a la rama donde había colgado su mochila, sacó su pantalón y de uno de los bolsillos extrajo el cascabel que Gen An Ni le había dado. Estaba tintineando insistentemente. Bernardo miró a sus amigos, que habían salido del agua y estaban detrás de él. Se miraron unos a otros, sin saber qué decir ni qué hacer.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Algunos puntos para mejorar este país

Hace algunos días estaba platicando con un buen amigo sobre lo que se debería hacer con los diputados que aprobaron la reforma laboral y, en general, con todos los políticos. Mi amigo considera que hay que matarlos. Como mucha gente en este país, mi cuate considera que solo la lucha armada nos sacará del atolladero, pero eso es caer en lo mismo que hacen los usurpadores y los tiranos: vean lo que resultó de la revolución. No niego lo bueno que nos trajo, favoreció un chingo de conquistas sociales, pero solo después de más de 10 años de matarnos entre mexicanos a lo puro pendejo.

Eventualmente, los que quitaron del poder a los que sostenían "la matona", se convirtieron en victimarios y en ostentadores de la matona (o sea, el PRI). Lo peor es que ahora no solo nos matan: ahora también nos compran (¿Verdad, Señor Attolini? ¿Verdad, Señor Ortega? ¿Verdad, señor Madero? ¿verdad bola de gente desinformada y desesperada que vendió su voto?)

Yo no digo que haya que matarlos, no creo que la revuelta armada sirva de algo, porque como expuse en un post anterior, a estas alturas no vale la pena, entre otras cosas porque se van a meter los gringos y se van a meter los narcos y al final de cuentas quien "gane" se va a dedicar a saquear.

No podemos darnos el lujo de que las hienas carroñeén las sobras del león, es decir,  estamos en un país hecho jirones y aun así nos quieren (nos van a) seguir expoliando. Considero que sí debería aplicarse una fuerza punitiva, pero no letal. Dolorosa, sí;  multitudinaria también; humillante, sobre todo, pero no letal.

Está muy cabrón que la gente se organice y pueda confrontar físicamente a los responsables del desastre financiero, político y social en el que está inmerso nuestro país. No soy partidario de la violencia, me cae que me resisto, pero sinceramente, ¿a quién no le resultaría un aliviane acomodarle un putazo a media jeta a los políticos corruptos y a los empresarios rapaces? A mi me encantaría trabarle un vergazo en la jeta al vergoliano de Calderón o un pinche rodillazo en la panza a todos y a cada uno de los miembros de su gabinete. Imagínense ponerle un pisotón en un pie y un codazo a media trompa a cualquier gobernador corrupto  o a cualquier responsable de los gastos pendejos.

Neta, sinceramente, ¿no sería un aliviane chingón?

Por eso es que propongo los siguientes puntos para mejorar a este país, déjenme compartirles mi sueño guajiro, después de partirles el orto a esos culeros, esto es lo que deberíamos aplicar:

1. Meter al tambo a todos los políticos comprobadamente corruptos.
1.1. antes de eso, a cada uno de ellos, cada mexicano debe pasar a ponerles una patada en culo.
1.2 o, como al hijo de un trasatlántico lleno de putas de Silvio Berlusconi, que les claven un putazo con una estatuilla de bronce.

2. Que los empresarios que no pagan impuestos, que han utilizado al poder para enriquecerse sin tener que competir, ni pasar licitaciones públicas, etc; sean obligados a pagar todo lo que deben y que sean expulsados del país sin dilación, junto con su familia directa y socios. A la chingada, con una mano en atrás y otra adelante, o bote.
2.1. Todos los concesionarios de bienes de la nación deben ser sancionados por el abuso de los bienes de la nación, en particular cuando se utilizaron estos bienes con fines facciosos.
2.2 se deben ir a la chingada, no sin antes recibir una patada en el culo o un rodillazo a media jeta o panza.
2.3 o bien, ser meados públicamente.

3. Sacar A GÜEVO a los legisladores y representantes chapulines y plurinominales. Impedir que reciban su sueldo y  obligar al ejecutivo que ese dinero se utilice en salud, educación y vivienda.
3.1 A chingar a su madre los mega sueldos y los privilegios, que anden a pata, que coman en un comedor como cualquier empleado del gobierno y si quieren comer en Polanco QUE LO PAGUEN DE SU PUTA BOLSA, COÑO. Y no más chapulinismo.

4. Correr a la verga a todos los líderes sindicales corruptos: una de dos, bote o exilio, pero sin varo. y una de dos: cagada pública o patada en el culo multitudinaria. Los sindicatos serán democráticos y transparentes POR LEY, ME CAGO EN LA GRAN PUTA.

5. Se debe modificar el sistema de educación pública, correr a los maestros huevones y corruptos, aumentar el horario de clases, instruyendo a los niños desde 3° de primaria con cursos de lógica y de pensamiento racional. Más horas de ciencias naturales con un enfoque experimental y con sentido lógico
5.1 Que en las clases de civismo se enseñe no solo a ser buen ciudadano, sino a participar activamente en la vida política del país. Que se enseñe como funcionan las actividades del gobierno y que se aprenda a vigilar el estricto cumplimiento del orden, que el mexicano de a pie conozca como defender sus derechos y como obligar a los gobernantes a cumplir. Que se enseñen políticas progresistas que promuevan el bien común y eviten las oligarquías.
5.2 deben ampliarse los programas de educación artística, se debería enseñar apreciación artística, creación plástica y creación literaria.
5.3. Los programas de educación física deberían incluir la práctica obligatoria de cuando menos un año de dos artes marciales diferentes. Un año obligatorio de un deporte de equipo. Por supuesto, deberán exitir instructores especializados. A la chingada los injuves: TODOS deben tener acceso al deporte y tener las mismas oportunidad de convertirse, si así lo desean, en deportistas de elite.

6. Revolucionar el sistema de salud mexicano, reduciendo a toda la burocracia inútil y corrupta, corriendo a la verga a todo el personal negligente y culero. El Seguro Popular tiene que desaparecer, porque no es más que una empresa fantasma, todos los afiliados deben ser captados por la Secretaría de Salud.
6.1 Ampliar la cobertura y dotar a los sistemas de salud de una capacidad para producir sus propios medicamentos y no estarle llenando la bolsa a los putos González Torres, ni a ningún otro puto farmacéutico hojaldrana.
6.2. El primer nivel de atención sanitaria, debe ser prioritario: prevención y planificación deben ser los programas permanentes más fortalecidos.
6.2.1 Esta ampliación de la cobertura del primer nivel debe incluir una campaña nacional permanente de promoción de la salud mental. Los primeros en ser evaluados y constantemente en observación, deben ser los miembros del gobierno. Que pasen pruebas de confianza y que estén sanos mentalmente. Toda la población debe tener acceso a talleres y terapias grupales y familiares, a fin de que aprendamos a tener una higiene mental y aprendamos a vivir en armonía.
6.3 Asimismo, la cobertura hospitalaria debe servir también a los familiares de los enfermos, de manera que puedan pasar la noche dignamente, en habitaciones limpias y cómodas y no en el pinche piso de los pasillos o afuera de los hospitales.
6.4 El sector salud debe fortalecerse para formar a más especialistas y mantenerlos en constante actualización.

7. Fortalecer a las universidades públicas para que las investigaciones puedan servir y aplicarse directamente al sector salud, agropecuario, industrial, etc etc. Por supuesto, no sin antes correr a la verga a los administrativos y académicos huevones y corruptos con una patada en el culo.

8. Fortalecer al campo y a la agroindustria, corriendo a la verga a los monopolios, a monsanto y a los hijos de puta acaparadores, fomentando la competitividad y la variabilidad de los cultivos y de la producción pecuaria, vinculando a este sector con la educación superior.

9. Correr a la verga a todos los del IFE y crear una institución verdaderamente ciudadana, eligiendo al azar a los nuevos consejeros y funcionarios, sirviendo únicamente por tres años, sin mega sueldos ni privilegios.
9.1 Los siguientes consejeros ocuparían su puesto al ser elegidos democráticamente.
9.2 Las elecciones deben ser llevadas a cabo con estricto apego a la ley, de manera que todas las denuncias de violaciones a las reglas sean investigadas y castigadas a la brevedad posible, posponiendo las eleccionnes de ser necesario, de manera que se le quite el registro a los partidos que resulten responsables, y que no participen en las siguientes dos elecciones.
9.3 PROSCRIBIR A LA VERGA A TODOS LOS PUTOS PARTIDOS POLÍTICOS. Que se formen nuevos partidos por ciudadanos.
 9.4 Durante las elecciones se debe permitir que la ciudadanía registre el conteo de  votos mediante fotografías, audio y video. NO debería darse por buena una elección sin antes revisar cuidadosamente la evidencia de los conteos. Cualquier irregularidad debe ser investigada.
9.5 Debe haber una segunda vuelta electoral entre los dos primeros lugares.
9.6 Los partidos deben recibir un presupuesto anual equitativo y suficiente para realizar sus actividades electorales. Todas las actividades internas deberían ser financiadas por ellos mismos.

10. Los puestos de funcionarios del estado, tales como secreatrías y ministerios deben ser de elección popular.
101 Los candidatos deben ser personas con un currículum APTO para el puesto, así evitaremos improvisados, cuatitos del presidente.
10. 2 Ningún ministro, ningún secretario debe tener un sueldo mega elevado ni tendrá privilegios pendejos. Los salarios deben ser decorosos y al término de su gestión, deben volver a sus empleos, que deben otorgarles el permiso en el entendido que al fungir como misnistros o secretarios por elección democrática, están persando un servicio a la nación. Lo mismo debe aplicarse a los consejeros del nuevo instituto electoral.

11. La revocación de mandato debe ser A HUEVO y aplicarse a los tres poderes y a todos los puestos.

12. El Servicio Militar obligatorio debería modificarse,  de manera que se incluya en los programas de educación pública. Por lo tanto, ya no será expedida la cartilla militar, ni será requisito para ninguna clase de empleo.
12.1 Como parte de los programas de educación pública, los miembros del ejercito, marina y fuerza aérea deben impartir estrategias de cooperación en casos de contingencia, así como coordinar campañas de desasolve de ríos y reforestación.
12.2 Esto debe aplicarse a los educandos del nivel medio superior, POR IGUAL A AMBOS SEXOS.

13. Las fuerzas del orden público, o sea los cuicos, deben ser disueltas por completo, castigando ferozmente la corrupción. En su lugar, las fuerzas del orden deben ser profesionalizadas y formadas por elementos altamente confiables, incorruptibles.
13.1 Debe existir solamente una corporación policíaca.

14. Las actividades de Pemex deberían ampliarse e integrar la producción de energía por otros medios, incluyendo la energía eólica, geotérmica, nuclear, solar y sustiyendo la producción de biodiesel, por producción de biogas, que es más limpio, más económico y más eficiente.
14.1 Puede haber participación de la iniciativa privada, pero únicamente en lo refrente a infra estrucutura, siempre mediante la competencia y la licitación pública. Por su parte, la producción y explotación y usufructo y demás, debe ser controlado por el estado.

15. Los bancos no debe sangrar más al pueblo mexicano. El abuso en el cobro de tarifas y créditos debe ser severamente sancionado, con retribución monetaria al afectado.
15.1 Debe cancelarse cualquier financiamiento otorgado a la banca privada, llámese rescate o fomento.

16. La impartición de justicia debe realizarse garantizando el debido proceso.  Sancionando al impartidor de justicia que yerre en su veredicto, ya sea por dolo o por negligencia.
16.1 Debe garantizarse la liberación y la justa retribución de aqullos que han sido encarcelados indebidamente.
16.2 Debe garantizarse la liberación de todo aquel que cumola su condena.

17. El sistema carcelario debe cambiar. El ambiente debe ser más humanitario, pero a su vez punitivo.
17.1 La capacitación y readaptación debe servir, para que el preso "pague" su alimentación y vestimenta.
17.2 Debe existir un programa de monitoreo a los excarcelados, que facilite que sean contratados, cuando menos temporalmente, para garantizar que no reincidan en la comisión de delitos. Esto para los delitos de fuero común.
17.3 Los presos por delitos considerados graves deben ser sometidos a trabajos forzados e la construcción de escuelas y en el trabajo en el campo.
17.4 Modificación del código penal: considerar graves los delitos de cuello blanco, ecocidio y corrupción. Que no prescriba el estupro, la violación de menores y el abuso sexual.
17.5 Debe rotarse períodicamente por completo el personal de las cárceles, aunque pase los exámenes de confianza, a fin de evitar corruptelas.
17.6 Permanentemente, las fuerzas del orden público deben realizar cateos en las cárcales, a fin de mantener eficiencientemente el orden dentro de las cárceles.
17.7 Los delitos cometidos dentro de los centros penitenciarios deben ser debidamente juzgados y condenados.

18. Debe existir un fomento permanente del arte y las tradiciones mexicanas, desde el sector educativo y desde las comisiones de arte y cultura.

19. La mayoría de edad se debe establecer a los 20 años, pues a los 18, en estos tiempos, los chamacos todavía están muy mecos.

20. La participación de la iniciativa privada en lo respectivo a caminos y puentes debe ser reducida y deben mocharse con el estado. Los precios deben reducirse y en especial, debe haber menos casetas de cobro. Lo ideal es que no existan: eso de que cobren va contra la libertad de tránsito, chingao.

21. Considerar a los miembros de la alta jerarquía católica en México como agentes de un gobierno extranjero, por lo tanto, retirarles la nacionalidad mexicana y privándoles automáticamente de sus derechos políticos.

22. Volar a la verga los fueros y la inmunidad diplomática.

23. Todos los empleados del gobierno que sean separados de sus cargos por corrupción y/o negligencia, deben entrar a un programa de reeducación anti cultura de la corrupción y del fraude y debe asegurarse su readaptación antes de que sean reinsertados en sus dependencias, no necesariamente en sus puestos anteriores. Sí, coño, aunque suene a Maoísmo- Fidelismo- Stalinismo.

24. Consagrar todo esto a nivel constitucional.

Yo creo que con eso bastará para avanzar chingonamente. Pero por supuesto, jamás se hará nada de lo que propongo ni a vergazos. No sabemos hacer todo a la vez

Sinceramente me sentiría muy afortunado si cuando menos la mitad de lo que propongo, cuando menos lo que propongo para educación y salud se aplique de manera paulatina, se aplicara. Cuando menos que cuando yo tenga 50 años tengamos un sistema educativo chingón y un sistema de salud vergudo y que al menos 6 políticos corruptos estén en el bote, con eso me conformaría chingao.

jueves, 18 de octubre de 2012

Salvo escribir, parece que todo lo demás no pinta bien

Y ambas premisas están aun por verse. Pero esa es otra historia, ahora a leer.

Pequeña ciudad



“… El hombre fue arrollado alrededor de las 7 de la mañana, por un Volkswagen Sedan modelo ’87. De acuerdo con testigos, un muchacho tomó el cuerpo y desapareció al atravesar una ceiba…”
                Eso relataba el fragmento de una noticia publicada en la primavera de 1988, noticia que pasó casi desapercibida en aquella pequeña ciudad, que pasaba casi desapercibida por el resto del país. No voy a informarle, respetable lector, del nombre del diario en el que se publicó aquella extraña noticia, tampoco le daré el nombre de la ciudad. Solamente debe usted saber que aquella región era, según algunos rumores, la tierra soñada por Miguel de Cervantes Saavedra, pero los reyes de España se negaron a concederle derechos sobre esa tierra, todo gracias al exquisito, bendito y codiciado cacao, abundante en dicha región.
                En aquella ciudad abundaban unos árboles de la familia de las bignonéaceas, perteneciente al género Crescentia (Crescentia cujete), que en muchos países de América central son conocidos por diversos nombres como calabazo, guaje o güira, pero en aquel poblado y en toda la región se conocen como Huacales o Guacales. Pero para esta historia, no son los huacales los árboles con importancia en esta historia, sino las ceibas.
                Las ceibas son hermosos árboles, altos y gruesos, que pertenecen a la familia de las malváceas y al género Ceiba, existen muchas especies de este género, no voy a señalar cuál de todas es la más común en aquella ciudad, ya que la botánica no es la especialidad de este autor. Las ceibas tienen un interesante papel en el folclor de aquella región, si no en todo ese estado. Ya desde la cultura maya se creía que las ceibas eran árboles sagrados y representaban los trece cielos.
                El folclor local le atribuye a las ceibas extrañas conexiones con el mundo de los muertos. Es común oír decir, tanto a jóvenes como a viejos, que observan al fantasma de un familiar o a cualquier fantasma sentado en las ramas de las ceibas. Hay quienes dicen que las ceibas son utilizadas por hechiceros para transmutarse en animales como cerdos, caballos, mulas, dejando atrás la piel humana resguardada por el mítico árbol. Es muy común oír contar a la gente que la han espantado al paso de una ceiba, o que es muy malo dormirse a la sombra de estos árboles. Incluso, durante su infancia, este autor supo por una de sus vecinas, la localización exacta de una ceiba en la cual se aparecía nadie más y nadie menos que el mismísimo diablo en persona. No, estimado lector, su seguro servidor jamás intentó comprobarlo.
                Volviendo a los mayas, ellos pensaban que las ramas de las ceibas eran medios de comunicación con los trece cielos.  Y lo son, no exactamente a los trece cielos, sino a un mundo completamente distinto, en el que todo, a excepción de las ceibas es diferente. Ese mundo se abre cada 500 años durante un período de 8 meses, interrumpiéndose por períodos de 10 años. Pero ese conocimiento era conocido solo por unos cuantos en la época de esplendor de los mayas. Luego lo supieron ocho jóvenes. Ahora será un secreto entre usted, respetable lector, y esos ocho jóvenes.

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