Recuerdos fugaces del Signo de La Espada

Qué pasó mi champignón!!??

Mis estimados lectores, amigos bloggers, he vuelto de un viaje a San Cristobal de las Casas en las que espantan, de ahí que me ausentara todo el fin de semana. Dejé a mi bebé (mi lap) en casa a manos del Cesarito Cabalín y Azul llevaba a su bebé (su lap), pero la llevó con fines de chambeación, de manera tal que mi codencia me indicó que aguantara vara y no pagara la renta de un equipo de cómputo con conexión a internet y esperara a llegar a casa.

Pues aquí estoy y les informo que mi mente sufre un extraño proceso de acumulación de ideas, mismas que amenzan con aglutinarse y pegarse a las paredes de mi cerebro como vil chicle o de plano amotinarse si no las saco pronto de mi cabeza. El problema es que algunas de esas ideas creativas no tienen nada que ver con mi blog, sino con mi anteproyecto de posgrado y sabrán ustedes que eso me va a absorber un poco.

Por lo pronto les informo que tengo listo un cuento, dos monólogos y un capítulo más de mi novela. Qué quieren primero: la novela? el cuento? o QUIEREN MONÓLOGO?? (Alguien se acuerda de eso aún?)

El primero que me responda, solo por hoy, (chingá, suena como a consigna de AA), únicamente por esta ocasión al primero que responda que prefiere le vamos a dar gusto, va?

Por ahora los voy a dejar con algunos recuerdos fugaces.

1. Marzo de 1998.
Era el tiempo de elecciones, las chivas rayadas del Guadalajara acaban de ganar el torneo de invierno (en aquel entonces se llamaban de verano e invierno) y el PRI contrató al gusano Nápoles para algunos spots y la cantaleta era: "di que sí, di que sí, vota por el PRI" debo agregar que era una cantaleta sumamente tocante de los cojones, el caso es que un día estaba en la escuela, en el taller de estructuras metálicas (o herrería), en eso entra un güey cantando "di que sí, di que sí, di que te cogí" y me empecé a cagar de la risa. La mejor traducción al español de esa cantaleta....

2. en algún momento del año 2000.
Un día que no tuvimos una clase en la prepa, nos fuimos de parranda y estábanos (sí, estábanos) el Montesinos, el David Marín (alias el Mono), creo, si no mal recuerdo estaban también el Pollo, el Chivo y Andrea, no me acuerdo bien, por eso digo que son recuerdos fugaces. El caso es que estábanos (sí, chingá, estábanos) jugando al Marvel vs Capcom y el Monteinsanos tenía al Wolverine y le salió (estoy casi seguro que de cagada) un podersuco en el que salen varios Wolvies y no se puede saber con certeza en donde está exactamente el wolvie verdadero. Dicho efecto me recordó inmediatamente al principio de incertidumbre de Heisenberg lo cual expresé con gran sorpresa, algo así como: "¡No mames, hizo el principio de incertidumbre de Heisenberg!" y el pinche David me dijo: "No más se está moviendo rápido, no hizo el principio de incertidumbre de ningún pendejo" Pinche David, por su pulca, desde entonces no he hecho otro chiste friki en mi puta vida....




(yeah, right)


3. En algún momento del 2000
Otra de maquinitas... frente a la prepa había unas maquinitas, tenían uno de un pingüinito en el que aventabas bolas de nieve, parecido al Snow Bros, el Marvel vs Capcom y el Street Fighter III Second Impact (o era el New Generation??) el caso es que el Montesinos y yo estábamos jugando el Street Fighter III y éramos la riata. En eso llega un güey con un dedo enyesado (el dedo cordial) y el chavo, a pesar de ese handicap era muy buen jugador y nos derrotó una gran cantidad de veces, pero el defecto de este chavo es que era mal ganador, se burlaba de nosotros y yo me empecé a emputar y le dije al Monteinsanos: "Sabes qué, pinche Jorge, juega tú porque yo le voy a partir su madre a este güey, ten, échale otro en lo que me tranquilizo" Total que el pinche Jorge le ganó al chavo y me dije a mi mismo: "si este pendejo le gana, a güevo que yo también" y el Jorque me pasó su tip. Total que le gané al güey ese y luego el Montesinos le ganó y luego yo, así nos fuimos como 10 veces más y el vato se emputó porque ya no nos podía ganar y se largó y mientras se iba el Jorge le dijo: "¿por qué no vas a jugar el del pingüinito?" y el chavo se emputó y le hizo la seña del dedo, pero con el dedo enyesado y todos sus cuates se cagaron de risa. Nunca más llegó a jugar a esa papelería.


4. Varios momentos de los años 1996, 1997 y 1998.
Cuando estaba en la secun me iba a pata a la escuela acompañado de mi cuate Cesarito Cabalín, de bastón y con bombín. En el camino nos topamos un chingo de veces con un chavo de la misma escuela de nosotros que iba de regreso a su casa, esto porque él estaba en el turno de la mañana y nosotros en la tarde. El caso es que el chavo que les digo fue compañero de César en la primaria y cada vez que lo veía le decía: ¡PUTITO! y el chavo se encabronaba y le respondía con una voz casi tan aguda como la de Timmy Turner: ¡Chinga tu maaadreeee! y el pinche Caba le hacía burla de su voz y lo imitaba y le volvía a decir: ¡PUTITO!

5. En algún punto entre 1998 y 1999
Yo tenía un cuate con el que iba al catesismo (sí señores, alguna vez fui al catesismo, aunque ud. no lo crea) en la iglesia de San Martín de Porres (el santo de la devoción del Caba) que estaba en la colonia aledaña a la mía. Total que ese vato también iba a la secun en la tarde. Ese güey, en una de esas que coincidión con el Caba en el lavabo del baño de hombres, le aventó agua (o se la escupió) a los zapatos a Caba y este cabrón, que tenía un temperamento medio difícil, se emputó, pero se emputó un chingo. Ustedes me dirán que obviamente se trata de una rabieta juvenil, propia de una adolescente de 14 años, así lo consideré en su momento, pero tienen ustedes que comprender que esos zapatos no eran zapatos cualquiera, eran una botas de militar bien chingonas regalo de su padre, si ustedes conocieran a César como yo se darían cuenta que sus botas eran su posesión terrenal más preciada después de su computadora, César es un desmadre, pero cuidaba sus botas con una devoción que no le había visto nunca. Así que pueden imaginarse cuan ofendido estaba mi cuate...

El caso es que un día íbamos de regreso de la escuela y nos encontramos a este chavo, que traía un perrito y yo lo empecé a chingar, llamando al perrito con el nombre del chavo este. Tiempo después, una tarde sabatina, íbamos César, Sergio y no me acuerdo si estaba con nosotros Elesban o si era Ernesto, no me acuerdo bien, el caso es que íbamos a la casa de Sergio y nos topamos al chavo ese que le aventó agua a los zapatos de Caba. Lo empecé a llamar como se llama a un perro, por jodón, haciendo referencia al desmadrito de la otra vez, pero no me fijé que el chavo tenía cara de encabronado. Me cae que íbamos bien quitados de la pena cuando ese güey se regresó y no dijo: "¡Párense, putos!"

Yo iba atrás y me volví con toda la intención de resolver ese asunto por la vía diplomática, me di cuenta que lo había ofendido y quise arreglar ese desmadre pacíficamente, pero el pinche César se me adelantó y le dijo: "A quién le dices putos" y el otro pendejo en lugar de decir que el pedo era conmigo, como estaba encabronado se envalentonó y le dijo al güey: "A todos" y ahí firmó su sentencia, pinche Caba se le fue encima y lo tiró al piso en una pinche rampita y donde cayeron PAM! sonó el vergazo en el portón y en eso el César se levantó y dijo: "vámonos, hace mucho calor para pelear" jajajajaajaja, pinche César. Después de ese pedo, jamás me volvió a hablar el chavo. Bah, yo tampoco me interesé en aclarar el asunto y me sigue valiendo verga...

6. en algún punto entre 1996 y 1997
Una noche, no sé si en vacaciones o en periodo escolar aun, César y yo estábamos en la colonia y compramos unas tortas que vendían antes frente a la escuela Margarita Maza de Juárez. Eran unas tortas bien ricas de pan suavecito que tenían queso Oaxaca, jamón, trozos de salchicha y de tocino y chorizo y si mal no recuerdo, mortadela. Ya desde esa éramos unos tragones consumados, el caso es que en lugar de quedarnos civilizadamente a comer en el establecimiento, nos largamos a tragar a una esquina. Total que estábamos platicando y tragando y en una de esas se me cayó un pedazo de salchicha en el piso y el piso estaba bien pinche sucio, tenía un vergazo de polvo y de arena. Recogí con tristeza el pedazo de salchicha, lo medio limpié y me lo tragué y le dije al Caba: "es que así tiene más minerales"


Ay, güey, qué risa. Otro día volveré a contarles mis fugaces recuerdos. Ahora los dejo y volveré más tarde a ver que pedo, qué posteo. Ayó