jueves, 3 de septiembre de 2009

Escape por los pelos. Capítulo 11 de mi novela. (fragmento 2)

- ¡Hijos de su pinche verga!- gruñó Homero una vez arriba del árbol.

- ¿Qué pasó?- inquirió Roberto, jadeando.

- Son cuatro ahora- respondió Homero, jadeando también- en lugar de seis.

- ¿Y eso qué?- cuestionó Roberto.

- ¿Cómo que y qué?- gruño Homero- los otros tus padres fueron por más banda.

- Chingada madre- gruñó Bernardo mientras caían más venablos sobre las ramas.

- ¡Una hermana!- gritó Gerardo cuando un venablo pasó cerca de su brazo.

- ¡Joder!- gruñó Bernardo- Tenemos que salir de aquí sin bajar del árbol.

- ¿Por dónde?- preguntó Gerardo.

- ¡Ah!- suspiró Bernardo con satisfacción- Esa rama va a dar a aquel árbol de allá.- Señaló el muchacho mientras un par de venablos zumbaron en el árbol- Vamos rápido y con cuidado.

- ¿Ya viste, negro?- preguntó Roberto- Con cuidado, no vayas a romper la rama.- Luis solo le respondió con una seña obscena.

Uno a uno pasaron a la copa de otro árbol, uno más alto que les permitió observar mejor el terreno y estar a salvo de los venablos.

- Miren- señaló Bernardo.- Allá está el árbol por el que entramos y por allá es por donde nos estaba llevando el muerto.

- ¿Vamos a irnos de árbol en árbol hasta allá?- preguntó Luis un tanto contrariado.

- Claro que no, baboso. Ahorita averigüamos por dónde vamos a llegar.

- Lo primero es quitarnos de encima a estos putos- dijo Homero refiriéndose a los ballesteros, quienes habían dejado de disparar y se limitaban a gritar en su extraño idioma.

- ¿Cómo le hacemos?- preguntó Gerardo.

- En esas estoy- respondió Homero examinando sus alrededores.

Tras esperar un par de minutos, Homero encontró un racimo de frutas parecidas a los cocos. Trepando por unas lianas pudo alcanzarlas y examinarlas, eran perfectamente esféricas, del tamaño de un puño y más duras que un coco. Los cortó uno a uno y se las lanzó a sus amigos.

- Vamos a lanzarles estas madres a la cabeza.

- Loco, ¿por dónde crees que podremos regresar?- preguntó Roberto mientras lanzaban las frutas.

- No sé, lo ideal es que nos perdamos por allá donde nos llevaste hace rato, donde había una pendiente. Nos va a costar, pero al menos ellos no podrán seguirnos tan fácil.

- ¿Y para regresar a la ciudad?- insistió Roberto

- Déjame ver- dijo mientras Luis y Gerardo conseguían más frutas.- Muerto, ¿para dónde giran los planetas? ¿A la derecha o la izquierda?

- A la derecha

- Entonces, si este es otro planeta, quizás atravesamos una especie de agujero de gusano que conecta a los dos planetas.

- ¿Qué dices?- cuestionó Roberto inquieto.

- Puede ser que el agujero de gusano ya no esté y ya valimos- continuó Bernardo sin hacer caso a la pregunta de Roberto ni a la incipiente lluvia que caía. – Si por el contrario, el agujero persiste en el mismo punto o franja del universo, entonces, los puntos en los que se conectan los planetas cambiaron debido a los movimientos de rotación y traslación.

- Estás diciendo puras pendejadas. Estás bien loco, cabrón- señaló Roberto irritado.

- ¡No! Estoy en lo correcto, lo único que tenemos que hacer es ir hacia donde está la pendiente y buscar a tientas la salida. – gritó apresurado.

- Pero tiene que ser ya- señaló Luis- por allá se está dejando venir una razota.

Lo que decía el muchacho era cierto, a unos 350 metros se podía ver un grupo de alrededor de 30 personas armadas con chicotes, porras, martillos, cadenas y lanzas.

- Vamos de árbol en árbol de volada porque todavía quedan esos dos.- señaló Gerardo.

- ¡Putos!- gritó Bernardo al ballestero grande y al tipo del látigo, los otros habían sido abatidos por las frutas que les lanzaron.

Los muchachos se apresuraron a pasar a otro árbol y luego a otros tres más. Continuaron corriendo en el suelo a toda prisa mientras la lluvia arreciaba. Tras unos minutos, llegaron al punto que Bernardo indicó y continuaron subiendo la pendiente que empezaba a enlodarse y volverse resbalosa. Roberto vio una lanza clavase en el lodo a unos metros detrás del grupo. Los hombres enmascarados estaban acercándose.

2 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

Pasé a saludar pero no leí nada.
Sigo en huelga.

Mayricienta dijo...

Hello Ben!!
Que buena onda que te díste una vueltita por mí changarro!
Pues sí, por fin me decidí y hay la llevo poco a poquito. Por aquí te voy a dar lata seguido!
Saludos desde Shihuahua!!

Más y más tajos parecidos

Related Posts with Thumbnails