viernes, 26 de junio de 2009

La primera vez (capítulo 6 de mi novela fragmento 1)

Saludos amables amigos de la República Bloggeriana (léase con voz del Dr. Alfonso Morales)

Hoy caí en las garras de Blog- holismo y volví hacer un chorro de posts. Uno es sobre divagaciones mentales, el otro es sobre recuerdos fugaces y el otro tambíen es una divagación mental, jejejeje. Este post es otro fragmento de otro capítulo de mi novela.

Espero que lo disfruten. Nos vemos hasta la próximeeeee.

La primera vez.

La mañana rompió con facilidad, ninguna nube se atrevió a estorbar el paso de la luz. Algo tenía de especial esa mañana, pues ni los párpados de Bernardo pudieron contener su poder. En cuanto se percató que había amanecido, el muchacho se levantó como resorte y salió a la cocina totalmente espabilado.

- ¡Bernardo, madrugaste!- dijo alegremente su madre.- O ¿no dormiste?

- No, mamá- dijo Bernardo rascándose la cabeza.- No es eso, sí dormí, pero ya no pude seguir durmiendo.

- Está bien- dijo su madre, tras dar un sorbo a su café, añadió.- Compra el gas y tira la basura. Necesito que asees la cocina y el baño y cambies de lugar el librero a donde te dije ayer. ¿Podrás o necesitas que te ayude tu hermano?

- No hace falta, mamá. Si me llega a costar, le hablo a Luis para que me ayude.

- Muy bien, ya nos vamos.

- Nos vemos, carnal- se despidió Álvaro, su hermano, chocando la palma con Bernardo.

- Sí, nos vemos.- respondió

Bernardo desayunó rápidamente y se apresuró a terminar las tareas que le habían asignado, dejó por último el cambio de lugar del pesado librero, aunque le supuso un gran esfuerzo, logró cambiarlo sin ayuda en poco tiempo. Miró el reloj, eran las 9:15. Había una razón por la que el muchacho se dedicó con tanto esmero en terminar las tareas con prontitud y era que sus amigos llegarían a su casa para ver una película pornográfica aprovechando la ausencia de su familia.

Ellos no tardarían en llegar, Bernardo empezó a sentir somnolencia, así que bebió café y empezó a asear la sala, a la mitad de su tarea sonó el timbre. Al abrir la puerta se encontró con la sorpresa que su madre y su hermano habían regresado antes de lo previsto.

Bernardo culminó la limpieza de la sala después de ayudar a su madre y a su hermano a guardar las cosas que compraron. En unos minutos el padre de Bernardo llamó a la casa, había olvidado unos documentos y le pidió al muchacho que los llevara. Él llamó a su amigo Luis para avisarle que los planes habían cambiado, pero no estaba en su casa y tampoco Gerardo, desconocía el número de Roberto y Homero no tenía teléfono en su casa.

Bernardo realizó la última tarea que le asignaron y cuando regresó a su casa eran las 10:30. Sus amigos no habían llegado y él tenía sueño, de manera que encendió la televisión y cambiaba de canal cada 5 segundos, adormitado. A las 11 de la mañana llegaron sus amigos, en ese momento el teléfono sonó entrecortado, cuando Bernardo levantó la bocina solo escuchó estática y colgó. De nuevo sonó el teléfono y Bernardo se detuvo a responder antes de dirigirse a sus amigos, volvió a escuchar solo estática.

- ¿Qué pasó?- preguntó Bernardo a manera de saludo y añadió bajando la voz:- ¿Por qué se tardaron tanto?

- Hubo problemas con la computadora de un video club y tuvimos que ir a otro en el que nos pudieran soltar el video cassette- respondió Luis en secreto.

- Casi nos echaron a la poli en uno, pero el radio no sirvió.- agregó Roberto.

- Nel, pura faramalla.- dijo Homero.

- Ya vamos a verla.- dijo Gerardo, entusiasmado.

- ¡Güeyes! Llegaron muy tarde, mi madre ya regresó.- respondió Bernardo con severidad.

- Hola, muchachos- saludó la madre de Bernardo.

- Buenos días- saludaron todos.

- ¿Qué es lo que van a ver?- inquirió la señora.

- Unos conciertos de Rock- respondió Roberto, mortalmente pálido.

- ¿Sí? ¿Qué grupos tocan?

- Jethro Tull, Deep Purple, Led Zeppelín, esas cosas.- respondió Gerardo, diciendo lo primero que se le cruzó por la mente.

- ¿De verdad?- preguntó sonriendo la madre de Bernardo- ¿Puedo verlo con ustedes? Es que esos grupos me encantaban cuando tenía la edad de ustedes.

Bernardo fue completamente incapaz de negarse a la petición de su madre. La cinta había sido convenientemente despojada de su etiqueta de identificación, pero aún así, la sospecha ya se había generado. Negarse habría resultado en algo más embarazoso. El muchacho colocó la cinta en el VCR, presionó el botón de reproducir y esperó. Una gota de sudor corrió por la cara de Bernardo y se le erizó la piel. Nada pasó, la pantalla estaba negra y por más que adelantaba, la imagen no cambiaba. Revisó los cables y estaban adecuadamente colocados, la imagen seguía igual y solo se escuchaba ruido blanco.

- Bueno- suspiró la madre de Bernardo.- que sea en otra ocasión.

- Mamá, nosotros vamos a salir

- Claro, vayan- aceptó la señora. Con cuidado, muchachos. Que les vaya bien, nos vemos luego.

- Hasta luego- respondieron todos.

Una vez en la calle Bernardo le dijo a Roberto, después de propinarle un fuerte manotazo en la parte posterior de la cabeza:

- ¡Maricón! A la otra traes tu colección porno en la mano.

- Idiota- dijo Roberto doliéndote.- Yo traté de sacarnos la vara.

- Sacarnos la vara- remedó Bernardo con muecas.- ¿Y qué fue eso de son Bandas de Rock? Animal, sabes bien que a mi jefecita le late un chingo el Rock, que ella vivió esa época, tasajo de mi reata. Mejor le hubieras dicho que era anime o lucha libre.

- Lo hubieras dicho tú.- replicó Roberto.

- Lo hubiera dicho si tú no hubieras abierto el hocico primero, inútil.- dijo Bernardo, concluyendo la reprimenda.

- Ya dense un beso- dijo Homero en tono de fastidio.- Agradezcan que nos salvamos de una buena puteada.

- ¿Qué no sirve tu video casetera, güey?- preguntó Luis a Bernardo con curiosidad.

- Se supone que sí, la chequé en la mañana.

- Porque hace rato sí se veía la película.- dijo Roberto.

- ¡Cabrones!- exclamó Bernardo- ¿La vieron antes de llegar a mi casa?

- Sí- puntualizó Luis.- Lo que pasa es que ya sabíamos que tu jefa iba de regreso a tu casa- explicó.

- La vimos en su carro con tu hermano.- señaló Gerardo.

- ¿Dónde vieron la película?- preguntó Bernardo.

- En mi casa- dijo Gerardo- no estaban mis jefes y la vimos con mi hermano.

- ¡Hubiera visto loco!- exclamó Homero y emitió un chillido de júbilo.

- ¡Cabrones! ¿Por qué no me llamaron?

- No entraba la llamada. ¿Verdad, Roberto?- dijo Luis.

- No, y te hablamos como tres veces- confirmó Roberto.

- Y yo te marqué dos veces más- agregó Gerardo.

- ¿A qué hora fue eso?- cuestionó Bernardo.

- Ahorita, antes de venir a tu casa- respondió Homero.

- O sea, hace como media hora.- Bernardo meditó unos segundos.- No le va a hacer gracia a mi jefe que no sirva el teléfono ni la video casetera.

- Ni pedo, loco.- dijo alegremente Gerardo.- de lo que te perdiste. ¡Ah, su madre!

- Sí, güey- dijo Homero sonriente- salían una viejas bien sabrosas

Bernardo comenzó a hacer acopio de paciencia pues sus amigos le hacían descripciones exageradas del contenido del filme con tal de hacerlo enojar y lamentarse que no pudiera ver la película con ellos.

3 comentarios:

Almendra dijo...

pero por qué no funcionaba el teléfono? no le tocaba ver la peli?

esta y otras interrogantes eras aclaradas en el próximo capítulo...

El Signo de La Espada dijo...

Almendra:

No necesariamente en el próximo, pero por ahí va el asunto.

El Signo de La Espada dijo...

Manto:

Sabes qué vato? tienes toda la razón. Debería hacer más y más haré mi estimado. Gracias.

La novela va a descansar tal vez un poco, pero por ahí vamos.

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