Chavos y chavas les paso la siguiente porción del Hombre Lobo de Terán. Mi estimado jotape, hoy iba a postear las fotos de SCLC, pero están en la cámara de Azul María y en lugar de pedirle las fotos y pasarlas a mi máquina, me hice güey y nos fuimos a ver Spirit.
Además quería hablar de un par de cosas más antes de pasar al cuento, pero me disculpo con uds, mis cuates blogueros y amables lectores los dejo con el pedazo de cuento porque se me están cerrando los oclayos y mis dedos no parecen responder como debieran.
Hasta pronto, amigos.
El Hombre Lobo de Terán, parte 2.
Beth no tuvo noción de la bestia tras conocer su existencia como leyenda urbana. Sin embargo Eric supo con detalles de todos los avistamientos, todos los rumores. Incluso escuchó que donde pasaba dejaba un olor muy penetrante, como un almizcle, otros decían que era un olor a hierbas y otros decían que se sentían ambos olores en presencia del Hombre Lobo de Terán.
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De pronto, Hernán se aburría. La búsqueda parecía infructuosa. Sin creer en la existencia de un hombre lobo, Hernán estaba inmensamente indignado. Habían matado a varios de sus compañeros y las autoridades no movieron una ceja por encontrar a los culpables. Tenía algunas diferencias con ellos, a otros no los conocía, pero eran sus compañeros al fin y se decidió a encontrar al culpable. La petición de Beth de investigar al monstruo le hizo sentir la corazonada que encontraría al culpable si hacía lo que le pedía su amiga. Sin embargo, al dar las dos de la mañana, su animadversión por el Hombre Lobo de Terán desaparecía.
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Mónica, la novia de Hernán, escuchaba fastidiada el relato de Hernán sobre el Hombre Lobo de Terán, le parecía tan ridículo todo el asunto. Sus ojos comenzaban a cerrarse, pero cuando Hernán mencionó los asesinatos en la facultad de Eric, se preocupó. Hernán trató de tranquilizar a su novia diciéndole que se trataba de eventos aislados y que aparentemente las víctimas no murieron en el día o en la tarde sino de madrugada y que además vivían cerca de la Facultad, en Terán, por lo que Eric no corría peligro. Pero Mónica no se preocupaba por Eric, sino por su novio, lo conocía bien y sospechaba que él se metería en problemas tratando de averiguar más sobre el caso. Hernán podía analizar las cosas concienzudamente, pero en muchos casos sus juicios tendían a ser muy precipitados y no era capaz de resistir sus impulsos, Mónica lo sabía, por eso lo cuidaba tanto.
Una semana y media antes, Eric llegó temprano a su escuela, entró por el parque Juárez y corrió hacia la derecha, hacia la Colina Universitaria, primero corrió en dirección a Rectoría, pero antes de dar vuelta en el Auditorio de los Constituyentes, saltó hacia la derecha y se barrió por una pendiente para, según él, llegar más pronto a su Facultad. Así encontró el cadáver. Estaba medio desollado y parecía que lo habían arrancado a pedazos y él ahí, solo. Era el único que lo vio. Se puso pálido, de pronto sintió que su corazón se detenía, quería vomitar, era casi inevitable pero un hormigueo en la espalada le hizo entender que si dejaba su basca en la escena del crimen lo culparían. Intentó borrar sus huellas desesperadamente y huyó corriendo más rápido que nunca y no dijo nada hasta que los demás vieron el cadáver. Beth se desmayó al enterarse, la víctima era su amiga.
Ese mismo día, Hernán escuchó el rumor de una próxima revuelta en su Facultad. Después escuchó que muchos de los que participarían en la toma de la facultad declinaban por temor al Hombre Lobo de Terán, porque ese día aparecieron muertos los perros en la perrera de la facultad y en los ranchos cercanos aparecieron muertos varios animales, con partes de sus cuerpos arrancados o mordidos, medio desollados. A Hernán le pareció descabellado, pero lo corroboró, fue a la perrera y vio los cadáveres de los perros. Entonces fue cuando conjeturó que se trataba de un loco que aprovechó el rumor o que si en serio existía una bestia entre el ejido Emiliano Zapata y Terán y en tal caso serían varias, “pero los animales salvajes no se acercan tanto a las manchas urbanas, a menos que se los esté llevando el carajo” se objetó. "Además, un carnívoro hambriento, con baja disponibilidad de alimento en su ambiente, le haría más a la carroña que a la caza, no seas mamón" se dijo, dándose una fuerte palmada en la frente. "Lo más lógico es que fueron varias personas" concluyó.
Los diarios locales manejaron el tema con pinzas. Por extraños motivos se abstenían de mencionar detalles sobre el estado de los cadáveres y solo uno tuvo el descuido de plantear hipótesis sobre el caso. No obstante Mónica supo por Hernán lo terrible que eran los asesinatos y las muertes de animales. La preocupación de Mónica surgió de nuevo, no porque creyera que pudiera suscitarse un peligro directo para Hernán, sino porque sabía que esto lo incitaría a investigar al respecto.
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De pronto, Hernán se aburría. La búsqueda parecía infructuosa. Sin creer en la existencia de un hombre lobo, Hernán estaba inmensamente indignado. Habían matado a varios de sus compañeros y las autoridades no movieron una ceja por encontrar a los culpables. Tenía algunas diferencias con ellos, a otros no los conocía, pero eran sus compañeros al fin y se decidió a encontrar al culpable. La petición de Beth de investigar al monstruo le hizo sentir la corazonada que encontraría al culpable si hacía lo que le pedía su amiga. Sin embargo, al dar las dos de la mañana, su animadversión por el Hombre Lobo de Terán desaparecía.
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Mónica, la novia de Hernán, escuchaba fastidiada el relato de Hernán sobre el Hombre Lobo de Terán, le parecía tan ridículo todo el asunto. Sus ojos comenzaban a cerrarse, pero cuando Hernán mencionó los asesinatos en la facultad de Eric, se preocupó. Hernán trató de tranquilizar a su novia diciéndole que se trataba de eventos aislados y que aparentemente las víctimas no murieron en el día o en la tarde sino de madrugada y que además vivían cerca de la Facultad, en Terán, por lo que Eric no corría peligro. Pero Mónica no se preocupaba por Eric, sino por su novio, lo conocía bien y sospechaba que él se metería en problemas tratando de averiguar más sobre el caso. Hernán podía analizar las cosas concienzudamente, pero en muchos casos sus juicios tendían a ser muy precipitados y no era capaz de resistir sus impulsos, Mónica lo sabía, por eso lo cuidaba tanto.
Una semana y media antes, Eric llegó temprano a su escuela, entró por el parque Juárez y corrió hacia la derecha, hacia la Colina Universitaria, primero corrió en dirección a Rectoría, pero antes de dar vuelta en el Auditorio de los Constituyentes, saltó hacia la derecha y se barrió por una pendiente para, según él, llegar más pronto a su Facultad. Así encontró el cadáver. Estaba medio desollado y parecía que lo habían arrancado a pedazos y él ahí, solo. Era el único que lo vio. Se puso pálido, de pronto sintió que su corazón se detenía, quería vomitar, era casi inevitable pero un hormigueo en la espalada le hizo entender que si dejaba su basca en la escena del crimen lo culparían. Intentó borrar sus huellas desesperadamente y huyó corriendo más rápido que nunca y no dijo nada hasta que los demás vieron el cadáver. Beth se desmayó al enterarse, la víctima era su amiga.
Ese mismo día, Hernán escuchó el rumor de una próxima revuelta en su Facultad. Después escuchó que muchos de los que participarían en la toma de la facultad declinaban por temor al Hombre Lobo de Terán, porque ese día aparecieron muertos los perros en la perrera de la facultad y en los ranchos cercanos aparecieron muertos varios animales, con partes de sus cuerpos arrancados o mordidos, medio desollados. A Hernán le pareció descabellado, pero lo corroboró, fue a la perrera y vio los cadáveres de los perros. Entonces fue cuando conjeturó que se trataba de un loco que aprovechó el rumor o que si en serio existía una bestia entre el ejido Emiliano Zapata y Terán y en tal caso serían varias, “pero los animales salvajes no se acercan tanto a las manchas urbanas, a menos que se los esté llevando el carajo” se objetó. "Además, un carnívoro hambriento, con baja disponibilidad de alimento en su ambiente, le haría más a la carroña que a la caza, no seas mamón" se dijo, dándose una fuerte palmada en la frente. "Lo más lógico es que fueron varias personas" concluyó.
Los diarios locales manejaron el tema con pinzas. Por extraños motivos se abstenían de mencionar detalles sobre el estado de los cadáveres y solo uno tuvo el descuido de plantear hipótesis sobre el caso. No obstante Mónica supo por Hernán lo terrible que eran los asesinatos y las muertes de animales. La preocupación de Mónica surgió de nuevo, no porque creyera que pudiera suscitarse un peligro directo para Hernán, sino porque sabía que esto lo incitaría a investigar al respecto.
6 comentarios:
Te falta el are you talking to me de taxy driver
CARNAAAAAAAAAALLLLLLLLLLL
sirol, lo voy a poner. jejeje
-- orales ahi va ahi va, vientos mi guen espada, y de las fotos no te apures, tovia no escribo el textillo, apenas lo estoy alucinando, gracias mi guen!
.. lo siento por aqeiios 'estudiantes' qe tienen qe
ir a buscar perros a mitad de la media noche por aqeiios lares para sus 'prácticas médicas'.. O.o
.. oiie.. tu quento puede despertar una paranoia social estilo exterminio.. ajajaj.. sería cool, aunqe a mi me dan miedo las multitudes enardecidas (><)
.. qiero ir a ver la nueva de inframundo.! =þ
.. aaah.! ii les gustó spirit.?
iio pienso qe pudo haber edo.
mejor la trama.. u.u
.. saluditos.!
pd. comentearé sobre el relato
iia qe lo haii leído todo =)
.. cierto es: THE spirit..
xq el otro título puede confundirse por
la pelíqula del 'caballito' xþ
.. cheers.!
mi buen jp, te voa quedar mal otra vez, es que Azul no me ha pasado todas las fotos y tampoco los videos
te las paso en cuanto las tengo, va?
lilis:
yo me cagué de risa con la de Spirit, pero algunas cosas se me hicieron medio tontas (en cuanto a la trama) pero me late que esa era la intención de Miller.
Huevos (Octopus) Rancheros
ptjrrr jajajajaja
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