Chiste de viernes y tercera parte del hombre lobo de Terán

Sí, parece vilmente copiado de HECF, pero esa no es mi intención. Bien podría subir a las primas del Slave, como le hacen en lawaloca, pero eso me acarrearía muchos muuuuchos problemas tanto como con Azul María como con el Dr. Slave.

Ya me decidí a hacer lo siguiente:

pa' empezar, no hay fecha exacta para que me pasen las fotos y los videos del viaje a sancrisbosnia, así que eso lo vamos a dejar pendiente y podría entrar entre los siguientes posts que tengo en mente.

1. vamos a terminar el cuento de El Hombre Lobo de Terán.
2. Puede haber un post especial antes de que termine de postear el cuento.
3. 5 rolas que más impactaron mi vida pre adulta
4. post apoyado en Penn & Teller, ya bien hecho, chingao
5. 6 o 7 momentos más impactantes de las películas de acción
6. empiezo otro cuento
7. las 5 rolas que màs impactaron el inicio de mi vida adulta
8. voy a empezar una serie biografías muy al estilo del Signo de La Espada
9. Otra vez entradas frikis!!

Sale, entonces, si no lo hago en ese orden, me dan un sape, sale??

Ahí les va el cuento:

Érase que se era un tipo borracho, holgazán, mantenido, macho, malediciente, apostador, endeudado hasta el culo, que un día descubre que su esposa le ha colocado un par de enormes y bien afilados apéndices cornales.


Bien, espero que les haya gustado. Por lo pronto yo me retiro porque voy a dejar en paz el blog en paz este fin de semana, al menos voy a postear otro pedazo del hombre lobo de terán, es más, saben qué, de una vez.

Los dejo entonces con otra dosis del hombre lobo de Terán. Que tengan un excelente fin de semana. Un saludo y un abrazo a Malbicho de Fanzine, ojalá se recupere muy pronto tu mamacita y pase muy pero muy poquitos dolores.

El Hombre Lobo de Terán, tercera parte

Desde las once treinta de la noche, el coche de Hernán se movía lentamente con las luces apagadas alrededor de la colonia Alianza, los oídos de Hernán se aguzaron al máximo. Apenas veían una sombra la seguían. Eric los esperaba solo en la Facultad de Humanidades, la bestia había sido vista muchas veces alrededor de la Facultad, en los límites con Terán, la tensión entre los estudiantes era creciente, muchos no querían aceptar la existencia del monstruo, pero estaban consternados por el brutal asesinato de varios compañeros. A las doce cinco Eric llamó a sus amigos, respiraba con dificultad y le temblaba la voz.

- Lo he visto más de tres veces, vengan rápido.- Hernán no podía dejarlo esperar solo, no se podría perdonar si dejaba que algo le pasara a su amigo. Aceleró como nunca.

Hubo dos víctimas más cerca de la Facultad de Humanidades, ambos estudiantes. Muchos estudiantes de diversas Escuelas y Facultades se movilizaron para protestar, incluso en la Facultad de Hernán se decidieron a tomar la escuela y usaron la muerte de estudiantes en otras Facultades como pretexto para protestar. Hernán estaba furioso. Un día entró por la fuerza y se enfrentó a los paristas. A varios los tiró al suelo con facilidad y con otros tuvo que ser más rudo. Hasta que se hartó y se fue.

Hernán estaba furioso. En un principio quiso hacerlos entender sobre lo innecesario de hacer un paro semejante, pero lo insultaron y comenzaron a provocarlo. A Mónica no le gustó lo que Hernán hizo ese día y le dijo, seria pero con toda serenidad:

- No te corresponde resolver esos conflictos. Lo sabes y aun así asumes responsabilidades que no te corresponden.- Hernán se apenó e insistió en que sus intensiones eran buenas, pero que fue provocado, que tenía tendencia a caer en provocaciones.

- Si sabes que te provocan fácilmente y que no te corresponde meterte en esas broncas, si lo sabes, ¿por qué lo haces?- dijo Mónica tomando la cara de su novio entre sus manos.

- Digamos que soy un poco terco.- respondió Hernán sonriendo cariñosamente y con cierto dejo de cinismo.

Sí, Hernán era terco y Mónica lo sabía. Lo conocía bien. Hernán se conocía y tenía la plena certeza de que su terquedad e impulsividad eran la causa de muchos conflictos con Mónica por eso se esforzaba tanto en aclarar sus ideas y en pedir explicaciones, para evitar precipitarse. Su mayor temor era que su necedad y frenesí lo alejaran de Mónica que era lo más valioso para él.

Tres días después, supo por boca de Eric que encontraron a cinco alumnos de Veterinaria muertos en la Facultad y a otros dos más en Humanidades. Fue cuando le pidieron que investigara. Eric le informó todos los rumores acerca de la bestia. Entre ellos, el más relevante decía que en alguna cueva cerca de la colonia Alianza habitaba el Hombre Lobo de Terán. Hernán conocía las cuevas, un año antes había ido a cazar murciélagos. Buscó insistentemente en cada cueva, siempre entrando sigilosamente, con la sensación de tener a alguien sujetándolo de la nuca; al principio, el menor ruido lo hacía girar la cabeza bruscamente, casi poniéndose en guardia. No buscaba al Hombre Lobo, buscaba evidencias que sustentaran que un lobo vivía en esas cuevas, o bien, que un asesino se guarecía en ellas. Buscaba heces, pelo, huellas. Encontró millones de huellas, todas de diferente tamaño y ninguna era de animal y nunca encontró heces más que de murciélago, las cuevas tenían el piso tapizado de fecas. De pronto tropezó con una piedra y cayó al suelo, su nariz sintió la peste de las deyecciones de murciélago y también un tufo acre que no reconoció, se levantó y apuntó con su lámpara. Encontró un puñado de hierbas a todas luces arrancadas del suelo con todo y raíz y además halló una bola de pelos. No dudó y las tomó en una bolsa de plástico.

- Vale madre.- gruñó.- A ver si no me da histoplasmosis.