Momento de reflexión

Decía E. M. Cioran: "Cuando pienso en el hombre, la compasión anega mis pensamientos"

Creo que yo puedo decir lo mismo, sin embargo, no puedo evitar en algunos casos sentir una terrible indignación, por eso es que a veces me vuelvo misántropo.

Me da rabia, me da vergüenza decir que determinados fulanos por ejemplo, son de mi generación de egresados de la FMVZ. Me cago en San Pedro y en San Pablo cuando tengo que reconocer eso. Sin embargo, ser Médico Veterinario es una de mis más grandes satisfacciones. De igual manera, aun cuando mi humanidad es lo más valioso que tengo, me avergüenza compartir género y especie con una serie de inmundos seres que han inundado a este planeta de maldad, destrucción, perversidad y mezquinidad.

Alcanzar el grado de maldad como el de Mobuto Sese Seko Yahya Jahmé, Halie Selasie, el Mengitsu, Pol Pot, Trujillo, Somoza y su hijo, Papa Doc y Bebé Doc, por mencionar a algunos, aunque también está la inevitable relación con gente como Hitler, Mussolini, Pinochet, Stalin y basura humana como Rodolph Hess, Joseph Goebbels, Herman Göring, Rudoph HöB y Josef Mengele
ese grado de deshumanización, desprecio por el prójimo, esa alteración de la propia percepción, estando firmemente convencidos de que podían pasar por encima de los demás sin restricción alguna, esa demente ambición y paranoia destructiva y causante de terror y angustia es, creo yo, que muy difícil. Son casos verdaderamente excepcionales en los que no se puede ver con claridad el límite entre la enfermedad mental y la maldad pura.

Algunos me dirán que la causa de esta perversión de los personajes que mencioné arriba es el acceso al poder político, sin embargo es de hacer notar que algunos de estos personajes ya estaban mal desde antes de arribar al poder.

Cierto que el poder corrompe, pero no es la causa de esa perversidad. No creo que tampoco se trate de un disparador tan poderoso de esa maldad.

Menciono a esa panda de mezquinos y crueles seres como ejemplos famosos en la historia moderna. Pero en las calles, en las esquinas, en los hospitales no faltan los calígulas, los atilas y los heliogábalos...

También dice Cioran: "El carro de la historia es movido por hombres que constantemente se miden el pulso"

El Chilakil, simpático personaje del Hazme el chingado favor expresó en ese blog algo que le sucedió y que me obligó a hacer este post. En esa entrada, para no hacerles muy largo el cuento, este cuate cuenta sobre un tipo que se la armó de pleito porque iba demasiado rápido en un estacionamiento y el Chilakil se lo recriminó elocuentemente con una sola mirada. El pleito no tuvo lugar, sin embargo, el Chilakil notó que en el asiento trasero del automóvil del troglodita iba una niña....

No era una niña fantasma, era la hija del tipo que agredió al chilakil.

Días antes de leer ese post, estaba platicando con uno de mis tíos sobre las maras y sus orígenes. A estos muchachos les mataron a su familia frente a sus ojos cuando era chavalitos. La perversidad de otros causó mezquinidad en otros seres humanos. Ahora ellos no son capaces de sentir remordimiento, solo reencor. Ahora tienen hijos y aunque no han sufrido lo mismo, son educados en el mismo sentimiento de reencor, se les entrena para vengar a sus padres a sus abuelos, no para reconstruir sus vidas.

A niveles menores vemos a diario atrocidades como estas.

Alguna vez mi padre me cuestionó sobre las historias de terror: "¿Para qué se inventan cosas tan angustiosas si a diario ocurren pendejadas tan terribles tan horrendas en la historia? ¿Para qué quieren más?" La verdad es que esas historias me parecen menos espeluznantes que las que ocurren a diario.

"El ser humano no es malo, es ignorante" decía Sócrates y yo estoy de acuerdo con él, pero no puedo dejar de preguntarme, qué es lo que nos hace falta para darnos cuenta que estamos en un círculo vicioso y que tenemos la capacidad para salir de él?

Y no dejo de sentir compasión por el hombre.